Servidor es laico (más bien ateo y sin embargo idólatra) pero asume
las tradiciones. Cumplo con los requisitos de la Navidad: me hago el
bueno, pido disculpas por mis yerros (que son abundantes), hablo bien de
mis semejantes y celebro las festividades con familiares y amigos. Este
año, quisiera además recordar especialmente a quienes durante decenios
han sido para mí materia prima, objeto de observación, blanco fácil (eso
lo reconozco), presa accesible... ¡Los políticos!
Debo
confesarles (y no va de coña) que cada vez me perturban más esas
opiniones facilonas, a menudo mentirosas y en cualquier caso sesgadas
que descargan en los tristes profesionales de la política (y
simultáneamente en los sindicalistas) la culpa de todos nuestros males.
Porque eso, permítanme que lo diga otra vez, no se corresponde con la
verdad. O es una verdad a medias manejada alternativamente por gentes de
la extrema derecha que menosprecian las instituciones democráticas
("Hagan como yo, no se metan en política", dijo Franco) o por
julais que no entienden nada de nada (hay muchas personas que confunden
la Seguridad Social con la sanidad pública, el Catastro con el IBI y los
equipos directivos de las cajas de ahorros con los respectivos consejos
de administración). Tengo por cierto que los altos cargos
institucionales, en general, no han pasado de ser (por acción u omisión)
los palanganeros de esta magnífica casa de putas que de siempre fueron
las Españas, incluso tras el advenimiento de la democracia. A otros
(gestores profesionales de entidades financieras y monopolios estatales privatizados, banqueros de rancia estirpe, fenómenos polivalentes como Rato,
titulares de enormes cuentas helvéticas, expertos del pelotazo) les ha
tocado disfrutar a tope de la fiesta. Y siguen disfrutando, que la
verbena continúa en esta época de rescates, conversión de la deuda
privada en deuda pública y otras maravillas de la ortodoxia económica.
Los políticos, pobrecicos míos, tienen un hueco en el Portal de Belén. A
ellos dedico esta felicitación navideña. Los demás, ánimo y a pasarlo
bien. Eso nos llevaremos por delante.
Feliz Navidad de Suecia!
ResponderEliminarSaludos desde Zaragoza.
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