El reallity show "Pesadilla en la cocina" sólo es un
espectáculo, lo sé. No es fácil precisar cuánto hay en él de cierto y
cuánto de invención destinada a meterle marcha al espectador. Pero
entrar en los restaurantes que supuestamente van a ser salvados de la
ruina sí permite contemplar sus severos y a veces increíbles problemas:
propietarios sin interés ni ideas claras, trabajadores desmotivados (e
indudablemente mal pagados), cocineros y jefes de sala (cuya función es
esencial) sin cualificación, desorden, malas condiciones higiénicas...
Es una imagen a escala de los males que afectan a una buena parte de la
empresa privada española, esa empresa a la que supuestamente se ha
encomendado la misión de sacar al país de la crisis, o al menos de
contribuir a ello.
Estamos oyendo sin parar que la gestión
privada del sector público (o su privatización sin contemplaciones) es
una solución perfecta porque aportará eficiencia y racionalidad. Pero no
existen experiencias que demuestren tal cosa, sólo la propaganda
ultraliberal que casi siempre choca con la realidad. En los bastiones
conservadores de Madrid y Valencia, la privatización está siendo un
auténtico desastre. En Aragón puede tener efectos igualmente
lamentables.
No quiero generalizar, pero tengo la sensación de
que no son pocas las empresas españolas mal administradas, donde se ha
desinvertido precisamente en los equipos humanos que debían aportarles
valor añadido, en las que se considera más importante hacer pasar al
personal por el aro que primar su cualificación e iniciativa.
Esa
idea de que la empresa necesita hacerse competitiva por la vía de
reducir los salarios de su plantilla y colocando la gestión pura
(y dura) por encima de la creatividad y la calidad es nefasta. Con
sueldos miserables, sin perspectivas, sin alicientes, los trabajadores
por cuenta ajena dejan de ser emprendedores y se convierten en simple e
impersonal mano de obra.
Por fortuna, en España también hay
restaurantes (y empresas en general) donde el conocimiento y el trabajo
se alían para dar buenos resultados. Si cundiese su ejemplo...
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