miércoles, 20 de febrero de 2013

Tierra noble y rural, pero que muy rural 20130220

El PAR de José Ángel Biel (¿hay otro?) rompe sus ya escasas amarras con el mundo urbano para refugiarse definitivamente en los ámbitos rurales. Es como una caricatura de lo que hizo Mao en la Larga Marcha: retirarse al campo para rodear desde allí las ciudades. Los regionalistas han echado cuentas hasta deducir que, si han de sostenerse en el futuro como bisagra decisiva, tienen que asegurarse unas bases seguras donde asentar su poder de forma incuestionable. Por eso pelearon tanto para mantener las administraciones comarcales y la sociedad pública Sodemasa (ahora Sarga) como instrumentos básicos de su red clientelar. Saben además que el futuro se presenta oscuro e incierto, que ser el clavico (capaz de acordar gobiernos y transversalizar el oficialismo baturro) se pondrá muy complicado conforme el voto se disperse y las mayorías absolutas precisen coaliciones amplias, a tres o a cuatro.

Biel necesita su retaguardia rural para acumular allí (o conservar) las fuerzas que le permitirían ir metiendo al PAR en el PP sin disolverse en él (al menos en un principio). Cada vez más alejado de las atmósferas urbanas, el regionalismo aragonés se envuelve así en esencias tradicionales, en evocaciones del abuelo labrador que todos tenemos, o en el peculiar clima de las comarcas profundas donde el tiempo discurre lentamente, las novedades provocan recelos, la gente es sencilla, las familias pesan y los problemas cotidianos son simples (aunque los problemas estratégicos sean enormes porque el mundo rural aragonés acumula demasiado retraso tras perder demasiada iniciativa).

Desde mi particular observatorio, donde más noto la querencia rural del PAR es en Aragón TV, la máquina de agitprop que el PP ha dejado literalmente en manos de su socio. La programación es tan... paleoaragonesa, tan insustancial (por decirlo finamente), tan localista y tan adecuadamente cazurrica, que uno solo puede admirar la obra de Biel y su visión estratégica: jota, pantanos, cuentos, guisos de la abuela, campechanía y donde hay agua... maíz transgénico (o Motorland, o Walqa, ¡o Gran Scala!). 

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