martes, 19 de febrero de 2013

España patas arriba... ¡Viva España!

Algunos concejales de Zaragoza se quedarán sin salario. ¿Quiénes serán? ¿Cómo los seleccionarán? Pero sobre todo: ¿es razonable que una ciudad de setecientos y pico mil habitantes tenga a parte de sus ediles dedicados a su cometido sólo en los ratos libres? En fin, todo lo que sabemos de la nueva Ley de Bases de Régimen Local parece extravagante, raro, absurdamente demagógico y destinado si acaso a incrementar aún más el desmadre administrativo de este país. Con España en los labios y su marca en el argumentario, la derecha está poniendo todo patas arriba. Y no precisamente para resolver la crisis que arrastramos, sino para armar una de ésas que destrozan el país a cambio de reintegrarlo a manos de sus dueños habituales.

En Aragón nadie entiende nada. Para empezar, los miembros del grupo municipal del PP en Zaragoza andan al borde del infarto al saber que pueden quedarse sin sueldo. Lo mismo ocurre con sus compañeros que son alcaldes de pequeñas localidades cuyo futuro deja en el aire la futura Ley. Y de cómo ha caído todo esto en el PAR ni les cuento. ¿Podrán las comarcas mantener sus funciones al mismo tiempo que se potencia a las diputaciones provinciales? Los de Biel alucinan y el citado líder andará cavilando (cualquiera lo haría, estando en su pellejo) sobre las adversas circunstancias que habrá de remontar si quiere integrar su partido en el seno de la gran derecha, tan inhóspito.

Viendo la cosa con alguna perspectiva está claro que la nueva Ley de Bases de Régimen Local perjudicará a la ciudadanía que perderá prestaciones, generará mayores confusiones competenciales, debilitará las instituciones, agravará la situación de los pueblos y no producirá mayor ahorro, aunque el Gobierno vaya por ahí presumiendo de los sueldos que ha de eliminar (cuatro euros). En el último año, desde que gobiernan los ahorradores, la deuda pública española ha aumentado más que nunca. Los recortes han jodido a la gente, pero el incremento de intereses y la transferencia masiva de deuda privada han agrandado el agujero en términos históricos. España es un desastre. Pero... ¡Viva España!

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