martes, 22 de septiembre de 2015

Y la gente, claro, voto de nuevo a Syriza 20150922

Supongo que a no pocas personas les habrá sorprendido el resultado de las elecciones en Grecia. ¿Cómo puede ser que vuelva a ganar Syriza? ¿Cómo es posible que los conservadores de Nueva Democracia o los socialdemócratas del Pasok no levanten cabeza? Ni las brutales condiciones del tercer rescate ni la forzada capitulación de Tsipras ni la crisis de los refugiados (que ha llegado con tremenda intensidad a las fronteras helenas) han alterado la correlación electoral... ¿Están majaretas los griegos?

Sin embargo la respuesta a tales interrogantes es sencilla. Los griegos, en realidad, parecen estar lo suficientemente cuerdos como para mantener su apuesta porque entienden o intuyen que Syriza no es la culpable de la situación del país (consecuencia de la nefasta gestión de gobiernos anteriores), que dicha formación no tuvo tiempo de nada antes de ser atacada con todas las armas financieras por el Eurogrupo, el Banco Central Europeo y las derechas de todo el continente (las cuales veían en la derrota de Tsipras y Varoufakis la mejor forma de contener a las izquierdas de sus respectivos países), y que la rendición fue la única salida táctica cuando ese ataque desbordó la capacidad de respuesta de Grecia, que es un estado pequeño, débil y muy dependiente en lo económico. Además existía una cuarta y definitiva razón para que Syriza ganara de nuevo las elecciones, a pesar de los pesares: era la única alternativa razonable. Volver a los viejos partidos que arruinaron el país, alinearse con los nazis de Amanecer Dorado o refugiarse en el comunismo ortodoxo habían dejado de tener sentido para muchos votantes. Unidad Popular, la desgajada ala radical de Syriza, no se ha comido una rosca. Lo cual, por cierto, resulta harto significativo.

Coloquen un dato al lado de otro: en Gran Bretaña, el progresista Corbyn ha sido elegido líder del laborismo. Por goleada y teniendo en contra al aparato del partido, a los grandes medios de comunicación y al Sistema en su totalidad. Cómo les dije el otro día, la Resistencia sigue ahí, remando contra la corriente. No es terquedad; sólo instinto de supervivencia.

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