martes, 23 de octubre de 2012

De cerca o de lejos, el PSOE lo tiene fatal 20121023

Hay una lectura desde lejos de las elecciones vascas y gallegas que incluye simplemente el número de diputados obtenido en las respectivas cámaras e indica que a Feijóo y a su patrón Rajoy les ha ido de miedo en A Minha Terra, que al PNV y a Bildu les ha cuadrado el tanteo en Euskadi (más a los de Urkullu. que a la Cofradía del Buen Terrorista), y que al PSOE ya no le queda ni aliento.

De cerca, leyendo porcentajes y votos, la cosa tiene más miga. Por ejemplo, la amplísima victoria del PP gallego pierde lustre si comparamos los votos de la derecha y los de las izquierdas (PSG-PSOE, AGE y BNG): ambos bloques se quedan a sólo seis décimas de distancia y a 8.903 sufragios (según datos al 96,5% del escrutinio). Claro que los conservadores iban unidos y los otros, no. Lo de siempre.

Pero de lejos o de cerca, el descalabro socialista es morrocotudo. Por la crisis, por el recuerdo de Zapatero, por el pecado original de Patxi López al investirse lehendakari con el apoyo del PP, por la falta de un liderazgo competitivo en Galicia... por todo eso junto y alguna cosa más los socialistas caen 106.173 votos en el País Vasco y 241.833 en la verde Breogán. En total 348.006, que serán algunos más cuando lleguen por correo las papeletas de los emigrantes galaicos. Son cifras brutales, imposibles de disimular. Es evidente que el PSOE está en caída libre. Y espérate cuando las urnas den su veredicto en Cataluña.

El problema del Partido Socialista no es tanto Rubalcaba como la ausencia de cuadros capaces de encabezar algún tipo de renovación. Si en ese PSOE, comatoso y sin rumbo, quedase alguien con ideas y arrestos para hacer lo único posible (depurar el partido y abrirlo de par en par) cabría pensar en un renacimiento. Pero la mayoría de los que allí quedan apenas saben hacer otra cosa que aferrarse a los cargos públicos remunerados (los que aún tienen tal bicoca) y esperar un milagro. En este plan no hay nada que hacer. El PP perdió ayer más de ciento ochenta mil votos. Pero como no se opone a él ninguna alternativa verosímil... Pues ya vuelve con la motosierra. Es su apoteosis. 

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