martes, 2 de octubre de 2012

Ventajas del butrón sobre el atraco 20121002

Que personas mayores de cuarenta y cinco años se echen a la delincuencia por culpa de la crisis es cosa natural. Y ojo con los mayores de sesenta y cinco, que ésos están a punto de caramelo para cruzar la frontera e instalarse al margen de la ley. No por vicio ni por maldad, sino por pura rabia y por simple autoestima. En mi peña los maduros lo tenemos claro: antes que revolver en el cubo de la basura o pedir de rodillas por la calle nos haremos ladrones. Robaremos con honradez y caballerosidad, pero sin cortarnos un pelo. Preferimos ir a la cárcel que a copagar una triste residencia de la Tercera Edad .

Yo tengo un dilema tremendo. El trinque que más me gusta (en plan teórico, se entiende) es el butrón. Mi sueño es pegar uno en un banco y reventar las cajas alquiladas, con sus billetes sin marcar, sus joyas, sus documentos comprometedores... Pero, claro, un golpe así requiere buenas manos y no pocos conocimientos técnicos. Y a mí el bricolage me desborda. Esgrimiendo un black&decker soy un peligro. ¡Imaginen con una lanza térmica! Ya lo decía mi abuelo: hijo mío, con esas manos tuyas más valdrá que te dediques a escribir o a dar palique.

Descartado el butrón, que es método discreto y provechoso, queda el atraco. Más desagradable, desde luego; pero encaja bien con las únicas habilidades de carácter físico que sí poseo: cierta facilidad para manejar armas de fuego y buena puntería. En consecuencia, procuro estar en forma y practico el tiro al blanco. Iría genial si no fuese por la presbicia y la hipermetropía. Sin embargo ahí estoy: listo para encarar el futuro (distópico).

Lo más difícil de todo es saber dónde está de verdad el dinero. La pasta se ha convertido en un ente fantasmagórico. Aparece, desaparece, se esfuma, produce espejismos... Fíjense en nuestros amados jefes: el otro día juraba Aliaga, el consejero de Industria, que por cada euro invertido en las carreras de motos retornan seis; anteayer, en el mismo Motorland, la presidenta Rudi dijo que tres. ¿En qué quedamos?

¿Y dar un palo en las carreras de Alcañiz? Nada, no interesa... Tras el paso de Dorna allí sólo queda calderilla. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario