Aunque el jueves aún defendían la inocencia del alcalde Mallén, el
viernes los jefes del PSOE aragonés decidieron expulsarle del partido.
Previamente, el fiscal había pedido para él 14 años de cárcel por
presuntos delitos relacionados con la gestión de la Sociedad Urbanística
Municipal de la localidad citada. Fue la crisis, la maldita crisis, la
que asestó el golpe definitivo a la ficticia plataforma logística
auspiciada por el regidor mallenero, apoyada con entusiasmo por el
anterior Gobierno de Aragón y utilizada a placer por los promotores de
la supuesta empresa Agrovalle, que se levantaron guapamente casi seis
millones de euros (parte de ellos procedentes del erario público) entre
subvenciones, avales y créditos.
La crisis no tiene misericordia
con las políticas de escaparate... salvo que dichas políticas sigan, por
conveniencia de quienes las llevan a cabo, disponiendo del dinero que
se niega a la sanidad, la enseñanza o los servicios sociales. A estas
alturas, disipada aquella ridícula quimera que fue Gran Scala,
desaparecidas no pocas empresas montadas con fondos del Plan Miner,
frenada en seco la expansión de las plataformas logísticas (empezando
por Plaza) y quebradas las sociedades de naturaleza inmobiliaria
dependientes de la DGA, mantener en pie todos aquellos fantasmas que nos
fueron vendidos como maravillosas apuestas de futuro es muy complicado.
Aunque lo intentan, claro. A la postre, muchas de dichas apuestas han
pasado tal cual del PSOE-PAR al PP-PAR.
Es natural. El actual consejero de Economía y Empleo, Francisco Bono,
fue previamente y durante años el máximo responsable de la sociedad
semipública Aramón, que en estos momentos afronta la próxima temporada
de nieve en una situación agónica y arrastrando un agujero de decenas de
millones. El consejero de Industria, Comercio e Innovación, Arturo Aliaga fue el gran valedor de Gran Scala (a las órdenes de José Ángel Biel)
y de Motorland, cuya rentabilidad esencial defendió esta misma semana
ante las Cortes de Aragón. Otros altos cargos de la Administración Rudi también enlazan directamente con el pasado inmediato y sus inauditos inventos.
La comparecencia de Aliaga y su informe sobre Motorland ilustran
perfectamente esa pretensión de torear la crisis sosteniendo desafíos
imposibles. El consejero planteó cifras inverosímiles. Las referentes a
inversión neta, déficit y costes estaban trucadas. Las que reflejaban
los retornos (seis euros por cada uno gastado) resultaban cómicas de
puro exageradas. Al parecer, el gigantesco esfuerzo realizado en Alcañiz
tiene ya por único objeto dar aire a la hostelería de la zona. Pero...
¿cuántas empresas privadas se han instalado en el parque tecnológico del
complejo?
Veremos cómo termina esto.
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