Me refiero a la matanza del cerdo, animal cuyo absoluto
aprovechamiento se ha hecho legendario. Bueno, pues con los efectos de
esta cosa que llamamos crisis sucede lo mismo: interpretados según los
cánones del pensamiento único (conservador, por supuesto), dichos
efectos pueden servir para potenciar el argumentario de quienes los
provocan. Desde tal perspectiva, el desgobierno que padecemos, el
empobrecimiento de las clases trabajadoras y todos los daños colaterales
no parecen inquietar a los jefes del cotarro sino que todavía les
impulsan a seguir adelante hasta la consecución de sus últimos
objetivos.
Por ejemplo, las payasadas de Montoro en
relación al famoso informe sobre las falsas transacciones inmobiliarias
de la ciudadana 00000014Z no solo han echado arena a los engranajes de
la instrucción sumarial del caso Urdangarin, también han
extendido la desesperación entre millones de contribuyentes decentes
(todos los empleados por cuenta ajena y aquellos autónomos cuyos
ingresos están a la vista). De esta forma, Hacienda aparece como un ente
vampírico, además de arbitrario, dudoso y de impacto muy desigual según
deba meterle mano a un mindundi o a un familiar del Rey. Resultado
final: aversión a los impuestos, rechazo frontal al hecho de pagar para
sostener un Estado capaz de garantizar la igualdad y la libertad.
¿Que los hospitales son escenario de una huelga de limpiadoras (en
Aragón, en Murcia y en otros lugares)? No importa. Además de hundir en
la miseria a las trabajadoras involucradas, se contribuye a crear la
sensación de que la sanidad pública es una mierda. Lo mismo pasa con las
listas de espera (completamente descontroladas desde que Rudi y Oliván
se ocupan de destrozar el Salud). Todo arde en la pira neocón.
Reputados ultraliberales llaman a romper definitivamente los mecanismos
de solidaridad colectiva, sustituyéndolos por la utopía de la
creatividad individual y la anarquía económica. Así que cualquier cosa
mala que les suceda a los sistemas públicos les viene al pelo.
Y Blesa, en la calle. Por supuesto. Nos rodean los agujeros negros.
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