Ya perdonarán que esté tan serio tras las gafas de sol, pero es que este verano tiene más sombras que luces, y encima ni siquiera puedo extenderme contándoles mi veraneo en el lejano Norte porque los del pajarilla party me ponen verde por permitirme semejante lujo. El caso es que no cabe tirar cohetes cuando, por ejemplo, sabemos que las empresas aragonesas han gastado cuatro veces más dinero en despedir gente que en formar a sus trabajadores. Es un dato feo, inquietante. Como ese nuevo intento de relanzar el ladrillo por parte de Zapatero y su Gobierno. Chunguísimo.
España está cogida en una trampa donde nos metimos consciente y alegremente, con una extraña furia autodestructiva. Este es un país (y Aragón, su media estadística) que no ha sido capaz de apostar por la eficiencia, la investigación y la calidad. El famoso I+D+i sólo se lo han creído de verdad los vascos; a lo mejor es por eso que ahora tienen la menor tasa de paro. En otras comunidades las sobadísimas siglas no pasan realmente de ser un recurso retórico de usar y tirar. ¿Cuándo han visto ustedes en Aragón un verdadero debate político sobre activos científicos? ¿Conocen bien nuestros próceres dichos activos? ¿Sabe la recién llegada presidenta de qué va lo del Titán, la nanociencia y todo eso?
No estamos en línea con la Europa más avanzada. No hemos aprovechado los años de abundancia para ponernos a la altura. Basta cruzar la frontera con Francia (háganlo por Bielsa y me cuentan) para descubrir al otro lado propuestas más depuradas en lo paisajístico y lo arquitectónico. Claro que hay compatriotas nuestros capaces de invertir el argumento y asegurar que en el Pirineo galo todo está viejo y obsoleto, mientras aquí florecen el desarrollo, la modernez y sus artefactos.
Eso mismo pensaban hace años los hosteleros (catalanes) de Lloret de Mar cuando atraían el turismo hooligan remojándolo por las noches con cubos de inauditos brebajes. Ahora pagan las consecuencias. Han convertido su localidad en un vertedero al sol.
Es la trampa. Y, ojo, fabricada por nosotros mismos. Que Zapatero no tiene la culpa de todo.
J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/miércoles 24.08.2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario