A todo se adapta el ser humano. O casi. Yo he escuchado a personas
sensatas comentar con resignada y aburrida comprensión la evasión fiscal
de los multimillonarios (creo que los Papeles de Panamá han
contribuido a incrementar ese fatalismo), pues así han sido siempre las
cosas y así serán. Las infumables conversaciones del ministro (en
funciones) del Interior han acabado pasando con alguna pena y sin
ninguna gloria... Pero han pasado, porque el personal da por sentada
cualquier cosa antidemocrática o miserable, con tal de que la perpetren
quienes pueden hacerlo. Tranquilos. La Copa América que organizó el PP
valenciano ha dejado un agujero de más de trescientos millones. Como si
nada. Motorland ya arrastra un déficit acumulado de ciento veinte
millones. Sin embargo, en la Tierra Noble detalles como este ya no
inquietan a una opinión pública desarbolada. Seguiremos apoquinando
antes que echar abajo los trampantojos de la política de escaparate,
carísima, absurda y esencialmente corrupta. He leído por ahí que José María Aznar es el único tramposo de la foto de las Azores
que todavía no ha dado explicación alguna sobre las mentiras previas a
la nefasta invasión de Irak. Pero es que a él las explicaciones le
sobran. Además... ¿Quién se acuerda de aquello en esta España hecha a
todo?
Me preguntan sobre la posibilidad de que volvamos a votar
en menos de seis meses. No sé, contesto. Habiendo tolerado tantas cosas a
quienes han venido gobernándonos, parece imposible que nos tengan algún
respeto. Pasa en toda la UE. Durao Barroso, expresidente de la
Comisión Europea, acaba de fichar por la banca Goldman Sachs, en un
ejercicio de puerta giratoria que habrá dejado patidifuso al mismísimo Pablo Iglesias.
Mientras, aquí, en la piel de toro (toro asesinado, toro asesino, toro
violador, toro patriótico), nadie quiere gobernar (salvo el PP) y todos
pretenden hacer oposición (salvo Rajoy). Las playas están llenas,
la caja de la Seguridad Social se sigue vaciando, la deuda pública y el
déficit nos tienen contra las cuerdas. Pero nos hemos acostumbrado.
Sólo da miedo, oye, votar a Podemos.
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