Discúlpenme si soy un poco obsesivo, pero el acto institucional
celebrado el 23-A en la Aljafería me tiene tocado. Visto con un poco de
retrospectiva, la cosa resulta alucinante. En ella se habló (por parte de la presidenta Rudi) de legitimidad institucional mientras en
la calle de los Diputados la policía antidisturbios se desplegaba para
conjurar no sé que amenaza y en el propio palacio abundaban los agentes de paisano. Pero eso resultó casi menos impactante que un surrealista detalle formal: entre la intervención de Biel y la de Rudi (jalonada por las de los galardonados por Cortes y Gobierno de Aragón) un tenor cantó la Jota de Perico, romanza de la zarzuela costumbrista El Guitarrico.
La elección de la pieza tuvo la fortuna de describir, en aquel marco
incomparable, la redefinición de nuestra comunidad como un territorio
baturro, folclórico, estereotipado y decimonónico. Algo con lo que no
nos identificamos (bien al contrario) muchos aragoneses.
Rudi
está inquieta porque las multitudes les han perdido el respeto a las
instituciones. Aunque más bien fueron las instituciones las que dejaron
en algún momento de respetar a las multitudes. De ahí la mala
conciencia, los discursos a la defensiva y el miedo a manifestaciones,
protestas y escraches. El PP administra (con la amable ayuda del PAR) un
poder que ha perdido el respaldo popular (véanse las últimas
encuestas). Por eso, y no por otra cosa, la sede del partido conservador
debe ser vigilada y protegida día y noche por la Policía. Y es que un
resultado electoral no concede carta blanca. No puedes hacer lo que
quieras con los votos recibidos. Hay que respetar la voluntad y las
aspiraciones que movilizaron esos votos. Si no, la legitimidad se viene
abajo.
Luisa Fernanda Rudi propone una visión predemocrática u orgánica
de las instituciones. Parece creer que estas existen por sí mismas y no
como reflejo constante (no solo puntual) de la soberanía popular. Una
visión, me temo, tan obsoleta como la programación de la Jota de Perico en un acto que conmemoraba el 23-A. "Dila que se apiadeee... de eeeste baturricooo". ¡Ay, presidenta, qué mal andamos!
JOSÉ LUIS Trasobares 25/04/2013
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