No sé por qué, el otro día me vino a la memoria una canción del grupo Las Madres del Cordero o Desde Santurce a Bilbao Blues Band:
"El moderno vampiro juega al golf/y desayuna con un ordenador./
Perfeccionó un sistema de succión/que nos extrae la sangre sin dolor./
La vulgar dentellada ha quedado anticuada./ Los tiempos han cambiado./
¡Drácula no seas camp!/ Vuélvete al ataúd, descansa en paz/con una
estaca en el tercer espacio intercostal". Eran los 70. Y en ese momento
el tardofranquismo prefiguraba el cambio formal de las relaciones de
clase. El capitalismo al uso dejaba poco a poco sus técnicas más
brutales para modernizarse y homologarse. De ahí viene lo de la succión
indolora. Pero tal aggiornamiento vampírico se ha acabado. En eso consiste la crisis.
Como una cosa te suele llevar a otra, en cuanto me libré del soniquete
de la canción los recuerdos me llevaron a los consejos generales de
accionistas que la FIAT celebraba en Turín, en los 80, bajo la égida de Giovanni Agnelli.
Junto a los directivos, ocupaban lugares destacados los representantes
sindicales, los comités y agrupaciones de pequeños accionistas, las
plataformas críticas con la gestión de la empresa... Comparado con las
reuniones de similar naturaleza organizadas hoy por las grandes
compañías, aquello parecía una sesión del soviet obrero. Agnelli usaba
un lenguaje casi socialdemócrata. Sí, pensarán ustedes, muy fino... y no
dejaba de ser un cabronazo atento solo al beneficio. Sin duda. Pero sus
métodos eran suaves: repartía, se mostraba próximo, intentaba tener contentos a sus empleados y a la opinión pública.
La destrucción del contrato social vigente en Europa desde el fin de la
II Guerra Mundial (y en España desde la Transición) tiene una de sus
características en el retorno al salvajismo económico y social. La
vulgar dentellada ha vuelto con toda su crudeza. Se acabaron los
melindres. El vampiro actual sigue jugando al golf y desayuna con los
artefactos electrónicos de última generación, pero ya no pierde el
tiempo encandilando a sus víctimas. Muerde y chupa a lo bestia. Drácula
ha resucitado.
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