Estos
Presupuestos Generales del Estado son desastrosos. Para Aragón y para
España entera. El ejercicio que planifican dejará a nuestro desnortado
país con una deuda pública equivalente a todo su PIB, que es por cierto
mucho más de lo que dejó en herencia Zapatero. Rajoy
se las ha arreglado para compatibilizar un ajuste durísimo con un
incremento inaudito del déficit. ¿Cómo? Salvando a la banca,
socializando buena parte del agujero dejado por la burbuja financiera,
respaldando la ruina de las autopistas privadas (¡esas radiales de
Madrid!), aceptando las condiciones de las compañías eléctricas cuyas subastas
periódicas del coste de la energía son un atraco en toda regla... En
fin, barriendo para casa. Aragón, por supuesto, va en el paquete. La
Tierra Noble jamás volverá a tener la porción presupuestaria que el
Gobierno central le adjudicó durante la década pasada. Ahora vamos a
volver a lo de siempre, a casi nada.
La gran novedad es que el PP aragonés y el PAR (ejerciendo este
partido de estómago agradecido) dan por buena la jugada. Lo hacen usando
las cifras a la remanguillé. Manejan las partidas apuntadas en el
actual proyecto de presupuestos sin querer saber que, siendo estas muy
poca cosa, es seguro que no todas se ejecutarán. Si en este caso la
realidad percibida es una caca, la realidad real
degenerará en una pena total. Para colmo, la poca pasta disponible se
dirige a objetivos no ya dudosos sino absurdos, como ese recrecimiento
de Yesa cuyas obras engullen los millones a velocidad de vértigo (porque
el terreno sobre el cual se opera es inestable, como se advirtió, y
para intentar consolidarlo ya se ha gastado cuatro veces más de lo
previsto). Inversiones productivas, pocas o ninguna. Pero la derecha (la
nacional y la regional) está satisfecha. Además, los recortes son para
todos los territorios... qué consuelo.
Opel amplía la gama de fabricados en Figueruelas. Una buena noticia
en medio de los ERE y cierres que diezman la industria aragonesa. De los
presupuestos solo cabe esperar lo de siempre. Volvemos al pasado.
Aragón, al ralentí, ni fu ni fa... En la cuneta.
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