¡C'est la guerre!, le escuché a Hollande la misma noche del viernes/madrugada del sábado. Tenía cara de susto. Pero era su obligación adoptar poses marciales y
disimular el tremendo fallo operativo de los servicios secretos y la
policía francesa, que acababan de perder París a manos de ocho fanáticos
suicidas. Con la guerra en marcha, el domingo al mediodía subí al paso
del Portalet para ver cómo funcionaba el control de la frontera. Sin
embargo no había control alguno. La Guardia Civil había estado por allí
durante la mañana pero se había ido. De la Gendarmeria, ni rastro.
Luego, durante todo el día de ayer, las manifestaciones de solidaridad y
repulsa se mezclaban con el eco de los llamamientos a bombardear más y
mejor, a no tener piedad, a rechazar que esto tenga algo que ver con la
invasión de Irak y Afganistán y la desestabilización de Siria y Libia...
Y los más aguerridos eran los que en marzo del 2004 intentaron
aprovechar la masacre de Madrid para ganar las elecciones, mintiendo sin
rubor.
Francia despliega soldados por las calles y reformará la Constitución porque en la guerra... como en la guerra. Putin, ayer denostado por belicista, ha pasado a ser admirado por el mismísimo Sarkozy.
Claman los portavoces de los partidos españoles, los periodistas, los
expertos, la impresionada ciudadanía de a pie. Por suerte, la renta
variable europea se ha estabilizado en el curso de una sola jornada.
Bajan líneas aéreas y cadenas hoteleras; suben las fábricas de
armamento.
Mal momento para intentar llamar la atención sobre los errores
cometidos en Oriente Medio, que tanto han favorecido al yihadismo. O
para advertir que este enfrentamiento es muy asimétrico (el poder
destructivo de Occidente y Rusia es infinitamente superior al del Estado
Islámico), pero también complejo y no convencional. Podemos ha
intentado racionalizar la situación y todos los demás le han caído
encima, en un magnífico alarde de oportunismo electoralista (Ciudadanos
sí está listo para aprobar cualquier intervención en Siria. ¡Olé!).
Tres días ya de guerra. Y espera.
JLT 17/11/2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario