El fichaje por Podemos del general José Julio Rodríguez,
exjefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), ha dejado al personal
atónito, sobre todo a la derecha que se ha puesto de los nervios
(¡aaarrrggg!). Desde luego, Rodríguez no es un cualquiera. Además de
haber estado en lo más alto de la cúpula militar española, tiene fama de
hombre serio, eficiente, honesto... y progresista. Es el presidente del
Foro Milicia y Democracia, que se inspira en las ideas de la UMD
antifranquista, y se le considera el padre de la modernización de las
Fuerzas Armadas.
Claro que situarlo de dos en la lista al Congreso por Zaragoza
resulta desconcertante. En primer lugar, el general no deja de ser un
cunero como la copa de un pino, la prueba de que las primarias de
Podemos (con lista única para toda España) fueron concebidas para dejar
margen al lanzamiento de posibles candidatos paracaidistas. Por otro lado, es difícil que el ex-Jemad salga elegido. Porque lograr dos diputados por esta circunscripción... ¡Bufff!
De las primeras reacciones, deduzco que algunas personas creen que
ser militar y progresista es antinatural. No conocen la historia. En
este bendito país nuestro siempre hubo (sucesivamente) profesionales de
la milicia liberales, republicanos y socialistas. No es cierto que Franco
arrastrase a su sangriento golpe de estado a todo el Ejército. En
realidad, las primeras víctimas del Alzamiento fueron militares
fusilados por permanecer fieles al Gobierno democrático. En Madrid,
Barcelona o Valencia oficiales encuadrados en la UMRA (Unión de
Militares Republicanos y Antifascistas) y mandos leales de la Guardia de
Asalto y la Guardia Civil tuvieron un papel fundamental en la represión
de los sublevados. En Zaragoza... Aquí, en las horas inciertas del 18
de julio, llegó el general Núñez de Prado, jefe de la
Aviación y héroe de la guerra del Rif. Pretendía evitar la insurrección
de esta capitanía. Ya era tarde. Los golpistas le detuvieron y enviaron a
Pamplona, donde fue asesinado.
Así que ahora tal vez no estemos ante una rareza de Podemos, sino
ante un momento singular e interesante de la precampaña. No se asusten.
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