Sin duda el fiscal general del Estado ha dimitido por motivos personales. Es obvio: Torres Dulce se cansó de hacerle el trabajo sucio a Rajoy
y decidió irse a casa sin apurar una legislatura que lleva meses
oliendo a chamusquina. Uno más de la larga lista de altos cargos que se
le han caído al Ejecutivo en sólo tres años. Semejante inestabilidad de los recursos humanos
indica que el régimen de partido hegemónico inaugurado en el 2011 no va
a durar demasiado. Aunque los lumbreras de Moncloa siguen pensando que
sí, que al final la gente se acojonará y volverá a votarles.
Todo
está como la Bolsa y la economía en general: volátil, tal que la suerte
que recorre esquiva las salas de los casinos (donde, al fin y al cabo,
siempre gana la banca). Obama y Castro (Raúl) fumaron por
separado pero simultáneamente el cigarro de la paz que les había
encendido la diplomacia vaticana. España, cuyo ministro de Asuntos
Exteriores paseó por La Habana hace cuatro días sin pena ni gloria y sin
que nadie le hiciera caso, ha estado ausente de la operación (¿no
habían dicho que hemos vuelto a ser un país importante y fiable).
Bueno... bastante tuvo el bueno de Margallo con los protocolos de
la última Cumbre Iberoamericana. Que por supuesto fue un evento
irrelevante. Pero... ¡y el juego que dio en TVE-Nodo!
Los
acontecimientos (buenos, malos o regulares) se precipitan. Aquí, en
Aragón, esa fluidez se embalsa, sin embargo, en el pantano de lo
irremediable. Montoro nos ha jodido bien con el tema de los créditos estatales, pero lo soportamos con mansedumbre. La huella del Marcelinato
va siendo borrada por un inagotable torrente de imputaciones,
investigaciones y sospechas. Cada día emergen nuevos datos sobre la crisis del lindano
y se comprueba la irresponsabilidad de quienes la gestionaron (y la
gestionan). En la asamblea de Ganemos Zaragoza, los benditos unitaristas
fueron desbordados por los de IU-PCE, que impusieron su ley en una
exhibición de cómo se manejan estos asuntos cuando se está organizado y
se juega para ganar... En fin, lo que era de esperar. Y aguarda que
llegue el 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario