Como nadie explica en qué medida los presuntos incrementos del PIB
son consecuencia de la revisión a la baja de datos anteriores y de la
incorporación de la economía ilegal (prostitución y drogas),
podemos pensar lo que nos dé la gana de los llamamientos a la euforia
que llegan desde el Sistema. Como las implícitas consignas del poder han determinado que a la deflación hay que llamarla inflación negativa
para no dar pistas, la estadística oficial y oficiosa se permite el
lujo de anunciar un aumento constante del consumo familiar mientras
reconoce el desplome de los precios. Como en tantos parámetros se ha
caído a lo más bajo, cualquier ligera fluctuación hacia arriba parece
relevante si se evalúa porcentualmente, aunque en términos absolutos sea
una bagatela. Es el caso del salario mínimo, que tal vez lo suban un
poquitín pero seguirá siendo una mierda. En fin... como estamos en unas
fechas tan propias (sea la Navidad o el solsticio invernal) parece feo
ponerse borde con las/os señoras/es que mandan. Existe un notable
consenso social sobre la naturaleza apacible y feliz de estos días. Hay
que ponerse guapo, intercambiar regalos y repartir saludos. Por mí,
vale.
Claro que yo pretendo ser en todo momento un pesimista
alegre. Y aunque entiendo a quienes suelen recomendarme que ponga una
nota de posibilismo positivo en lo que digo y cuento, mantengo la idea
de que el optimismo es una actitud supervalorada, porque a cambio de un
buen humor ficticio y unas ilusiones escasamente fundadas nos deja
inermes ante la cruda realidad, que al final siempre acaba por
imponerse.
¿Vencerán los buenos impulsos? ¿Se impondrá la
honestidad sobre la corrupción, la democracia sobre los neodespotismos
postmodernos (o los despotismos de toda la vida), la solidaridad sobre
el sálvese quien pueda...? Si la mayoría empujamos en esa dirección,
seguro que sí. Ahora bien, ocurra lo que ocurra preparémonos para un
nuevo año repleto de citas importantes, de cambios, de desafíos, de
esperanza. El 2015 viene guapo y prometedor. Nos dará más de una
satisfacción. Palabra de cenizo.
JLT 24/12/2014
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