He dicho (y lo repito por ver si la cosa cala) que en estos mismos momentos la Universidad de Zaragoza podría componer sus mermadas cuentas justo con lo que cuesta cada uno de los GP que se celebran cada año en Motorland. Pero la consejera del ramo, Dolores Serrat, cree que el problema radica en que los campus están mal administrados. A su vez, el rector, alarmado y asustado, ha respondido que, hombre, el tampoco puede hacer un ERE para enmendar la situación. ¿Un ERE, querido profesor? ¿Por qué no prescinde de los profesores asociados (que de todas formas cobran una miseria) y empezamos a joder en serio el Alma Mater? O mejor todavía, ¿por qué no se planta y anuncia el inmediato cierre de los campus de Huesca y Teruel por falta de recursos, o cualquier otra putada dirigida contra el confuso imaginario político de la bendita Tierra Noble?
La Universidad, como el resto de las actividades esenciales que aún pertenecen al sector público, debe prepararse para resistir la que se le viene encima. Si ha de sostener su actual estructura (incluyendo, por supuesto, los campus descentralizados y los profesores asociados), debe disponerse a luchar y no permitir, por ejemplo, que las Cortes de Aragón aprueben por unanimidad (ocurrió el otro día) una moción a favor de implantar en Huesca el grado completo de Medicina, y luego el Gobierno autónomo meta el serrucho en sus presupuestos haciendo insostenible no ya la descentralización sino el funcionamiento básico.
Aragón no puede plantearse estrategia alguna ni urdir algún futuro sin contar con la Universidad de Zaragoza. Allí no sólo se difunde el conocimiento y se forman profesionales cualificados, sino que además se realiza la práctica totalidad de la investigación producida en esta tierra. Acaben con eso y ya podemos plegar. Por eso espero que la consejera Serrat se vaya enterando de cómo están las cosas. Sus conmilitones valencianos acaban de cerrar su mejor y único centro investigador porque el dinero necesario para mantenerlo en marcha lo van a invertir en tapar el agujero que han dejado las carreras de Fórmula Uno. ¿Es ésa la línea que vamos a seguir?
J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/lunes 26.12.2011
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