He leído con mucha atención el documento Veinticinco propuestas para mejorar el sistema educativo lanzadas ayer por el Gobierno de Aragón. Se trata de un recorrido por las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades existentes en dicho sistema, a partir de las cuales se establecen las correspondientes medidas. Y he de anunciarles que, tras empaparme con la sabiduría de la consejera Serrat, la luz se hizo en mi interior, las dudas se despejaron y comprendí el giro esencial que han dado las cosas en la Tierra Noble. Hemos pasado de la época del todo va bien, la autoestima y el por-dineros-ha-de-ser, a la nueva era de las perogrulladas conservadoras, el despiste y el adoctrinamiento. La enseñanza pública iba tirando; pronto irá tirando... al hoyo. Eso sí, saldrá más barata y su previsible degradación permitirá volver a los tiempos en que los chicos bien iban a colegios bonitos y los gualtrapas iban a colegios gualtraperos. Ley de vida. A Dios rogando, con el mazo dando y con la motosierra recortando.
Serrat y su jefa Rudi tienen sin duda las mejores intenciones. Tras ocho meses de raca-raca su primer análisis de la realidad educativa puede parecer pobre, superficial, ramplón, inconcreto y destinado tan solo a justificar una mayor aportación a los centros privados concertados y un ajuste económico severo en los colegios públicos. En el colmo del deshueve, el documento lamenta el desinterés de ciertos padres de alumnos y reclama la creación de "cauces participativos" para integrar a la familia en la función formativa... cuando hace cuatro días dejaron sin sala de reuniones a la principal federación de padres. Vaya morro.
Hay un par de cosas lógicas en las Veinticinco propuestas. También algún pitorreo (como proponer mejorar el aprendizaje de idiomas poniendo las pelis de Aragón TV en versión original). Y luego vienen las afirmaciones de cajón ("favorecer el liderazgo pedagógico de los equipos directivos", "seleccionar a los docentes mejor preparados", "facilitar el aprendizaje permanente", bla, bla, bla). La pregunta del millón es: ¿Se va a invertir más y con mayor eficacia en la enseñanza pública? Y la respuesta: No, ni de coña. Pues eso.
JOSÉ LUIS Trasobares 14/02/2012
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