Se ha pegado cuatro años clamando porque, según él, se la robó Belloch. Y ayer la regalaba ¡a Pérez Anadón!, con tal de que no la tuviesen los otros. Impresionante Eloy Suárez,
eterno y frustrado candidato del PP a la Alcaldía de Zaragoza. Qué
sofocos, qué angustias y qué trastornos tienen que recorrer el espinazo
de la derecha cesaraugustana (de la fáctica sobre todo) para
acabar con el bueno de Eloy dispuesto a inmolarse en el altar de los
supremos intereses de la gente bien. Se ofrecía, el pobre, a tragar con
el tranvía, renunciar al tranbús, ir en bici, pasar los domingos en el
Parque del Agua. Cualquier cosa con tal de impedir que Santisteve (tan rojo, tan hierático, tan imprevisible) llegue a tener en sus manos la vara de mando. Pero Carlos le dijo que no. Normal.
Los hay que ven en estas movidas poselectorales el signo fatal de una
etapa de inestabilidad, confusión y locura. Pero... ¿no habíamos
quedado en que la negociación y el consenso eran cosas estupendas? En
verdad, los potentes debates que se producen estos días, las
aproximaciones y distanciamientos, las conversaciones y las
consiguientes fintas han puesto sobre la mesa asuntos cruciales: la
lucha (de verdad) contra la corrupción, la participación ciudadana, las
prioridades en el gasto público, la recuperación de la democracia
social... Aquí, por ejemplo, el PSOE y Podemos discuten en estos
momentos sobre Aragón TV y Aragón Radio. Según parece, los de Echenique
pretenden profesionalizarlas, intensificar su naturaleza pública,
alejarlas en la medida de lo posible del consabido tejemaneje; los
socialistas, sin embargo, intentan sostener, más o menos, el actual
modelo... que es el suyo (y el del PP y el del PAR).
Los tiempos están cambiando. Mejor. No creo que la lógica política
esté en grave peligro. Depende, claro, de cómo se enfoque el tema. En el
PP, por ejemplo, solo manda Rajoy. Todos esperan ahora sus decisiones, sus dedazos, los cambios y cosas que rumia en su soledad de líder supremo. Parece un Kim norcoreano, mitad héroe mitad dios. Pues vale. No sé si tal situación es muy estable, pero seguro que es muy poco democrática.
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