jueves, 29 de octubre de 2015

Calculado (y canalla) delirio político 20151029

En su libro Valió la pena, el diplomático Jorge Dezcallar, recuerda los aciagos días de marzo del 2004 (tras el 11-M) cuando era director del CNI. Entonces el Gobierno le excluyó del Gabinete de crisis montado tras los atentados, le dejó sin información y finalmente le exigió que señalase a ETA pese a que la autoría islamista era sabida y estaba demostrada. Para él no hay dudas: Aznar y Rajoy (presidente saliente y candidato del PP, respectivamente) sabían que, si las bombas eran vascas, las elecciones estaban ganadas; pero perdidas si las habían puesto los yihadistas. Por eso mintieron como bellacos. Aunque, bueno... Blair acaba de reconocer que la invasión de Irak fue un error y que allí nunca hubo armas de destrucción masiva. En cambio, nuestro José María sigue en sus trece e incluso asegura que aquella triste aventura bélica "sirvió a España".

Quiero decir que en este país de países nuestro, el desprecio a la verdad política, la decencia y el respeto a la ciudadanía viene de lejos. Por ello no puede extrañarnos ver hoy a los nacionalistas catalanes despreciar olímpicamente todos los modelos de secesión democrática (referendo con pregunta clara y simple, participación masiva del censo y respuesta favorable a la independencia por parte de una mayoría muy cualificada), ni que sustituyan el derecho a la autodeterminación por una extraña rebelión parlamentaria. Pero claro... ¿que otra opción tienen? Sin este demencial procés Mas sería un cadáver político y Convergencia estaría acabada.

Así, han disfrazado de victoria sus magros resultados electorales. Artur está vivo. Y Rajoy, adalid del otro nacionalismo, el españolista, le da oxígeno sin parar, porque el desafío separatista le permite a él llamar a su vez a la unidad de los españoles, concitar una alianza patriótica en torno suyo... y ganar en la próxima cita con las urnas. Tal vez la gente no se creyese lo de la recuperación. Pero hoy España está en peligro, y eso ya... Sánchez y Rivera tendrán que entrar en razón. En cuanto al Coletas Iglesias (cuyo partido e IU parecen los únicos un poco cuerdos), siempre cabe ignorarle.

Es el delirio. Calculado y canalla.



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