Habrá que poner en el mismo Ayuntamiento de Zaragoza un juzgado
especial donde acaben resolviéndose los asuntos que atañen a la Inmortal
Ciudad. El PP sería feliz. Y quizás ZeC también. Porque la gran suerte
del alcalde Santisteve (como antes la de Belloch) es que se las tiene que ver con Eloy Suárez,
una figura capaz de ejercer eternamente como voz de la oposición... sin
hacerle el más mínimo daño al equipo de gobierno. ¡Pero si se las
arregló, el buen hombre, para perder estrepitosamente las últimas
elecciones había tantas cosas a su favor! Claro que él aún no se ha dado
cuenta de aquello, y cree que las ganó. Ahora se le ve dispuesto a
trabarse con los comunes en una riña de patio de colegio, pero sin hacerse pupa.
Con lo frágil que es la mandíbula política de ZeC. Jamás fue un secreto que los mentores y principales figuras de la plataforma
de izquierdas desconocían Zaragoza, la de verdad, la de los círculos
concéntricos donde se distribuyen y articulan los sucesivos poderes, la
de los personajes significativos, la de los intereses y los negocios,
¡la de la gente!... No tenían por qué manejar esas claves, que a veces
no son fáciles de desentrañar. Pero podían preguntar, enterarse, hacerse
un mapa de los entrebastidores cesaraugustanos y organizar un proyecto
preciso e inteligente. O sea, un auténtico programa que diese forma,
calendario y desarrollo a las cartas a los Reyes Magos aprobadas por las
asambleas ciudadanas. Por el contrario se han embarullado sin
llegar a ninguna parte, mientras sufren derrotas tan tontas como
ruidosas. Lo del pabellón deportivo y lo de las procesiones y misas se
ha convertido en un cachondeo donde el equipo que gobierna la capital
aragonesa ha hecho la risa, que es lo peor. Y ahí está aún el IBI
(cuestión de muchísimo cuajo)... Y el de la subvenciones a las entidades
sociales (han rebajado las asignadas a entidades que actúan en ámbito
de la discapacidad), que tiene mucho peligro.
Claro, con el PP desnortado y Ciudadanos en Babia (aunque hay allí
algún exPAR que sabe latín), ZeC va tirando. Pero el PSOE y CHA (muy
quemados por cómo les fueron las últimas elecciones) rumian la revancha.
Siendo sus votos imprescindibles para sacar adelante lo sustancial
(empezando por los próximos presupuestos), Santisteve tendría que
aplicarse a trabar con ambos partidos unos acuerdos de largo recorrido.
Comprometerlos en medidas positivas e inobjetables. Dejarse de
distracciones y meterse ya en lo que importa. ¡Ah!, y entender de una
vez quiénes son y qué querían sus votantes. Que fueron muchos, de
variopintos pelajes y con muchas esperanzas. Siguen expectantes, pero no
sé si el alcalde es capaz de reconocerlos cuando se cruza con ellos por
la calle.
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