Quizás crean en el PSOE que, siendo los de Podemos-ZeC tan incautos, esta legislatura será coser y cantar para Lambán y Pérez Anadón. Que el primero podrá ir a su bola toreando a Echenique y el segundo disfrutará poniéndole zancadillas a Santisteve. Lo dudo. Es verdad que los alternativos
han llegado a las instituciones como párvulos. Pero acabarán por
ponerse al día. Si lo consiguen y convierten su voluntad de cambio en un
impulso ordenado y eficaz, esto se pondrá interesante. A lo mejor,
incluso acabamos enterándonos de cómo y porqué sucedieron en el
inmediato pasado ciertas cosas raras, inexplicables o, como suele
decirse, sospechosas. ¡Ay, amigos!
La oposición en el
Ayuntamiento de Zaragoza (en la que debemos incluir al PSOE) cree que se
ha levantado la veda para putear alegremente a ZeC sin correr riesgos.
Deberían reconsiderarlo. Anteayer, PP, C's y los socialistas pusieron el
grito en el cielo porque el teniente de alcalde Alberto Cubero
se había presentado ¡por sorpresa!, a las siete de la mañana, en las dos
grandes depuradoras de Zaragoza. Ya ven: madruga el señor concejal,
cumple con su obligación, detecta graves incumplimientos en la actividad
de las instalaciones inspeccionadas... y la oposición le critica por
meterse donde no le llaman. Acojonante.
¿Es que antes nadie se
preocupó de saber si las depuradoras, que han costado un huevo y la yema
del otro, cumplían o no su función? ¿No iban los concejales socialistas
a comprobar en persona si así era? ¿Alguien, edil, funcionario o lo que
fuere, inspeccionaba alguna vez (por sorpresa, claro) las susodichas
instalaciones?
Tal vez en el ayuntamiento de antes los
servicios públicos iban manga por hombro. Por lo cual el PSOE zaragozano
habría de explicarnos aquí y ahora por qué y cómo el municipio pagaba a
la empresa de los autobuses los despidos de su personal y hasta las
sanciones por tramitarlos mal. No son cuatro euros, sino cantidades muy
importantes, millonarias. Así que menos lobos, más vergüenza y a no
encampanarse. Los de ZeC son novatos. Pero ojalá no aprendan las
marrullerías de sus predecesores. Y lo de Sumelzo...
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