El sistema sitúa las apariencias por encima de las evidencias. Así, el personal vive las sensaciones inducidas como algo cierto, aunque la realidad vaya por otro lado. Tan absoluto es este fenómeno que policías famosos por haber detenido a decenas de terroristas son imputados por colaboración con banda armada y sus jefes políticos acusados de lo mismo. O sea, quiénes más etarras han metido entre rejas (incluidos aquellos del Faisán, que supuestamente dejaron escapar) están en la picota por traidores, pero los que no dieron pie con bolo en la lucha contra los asesinos (por ejemplo Mayor Oreja, un ministro del Interior francamente ineficaz) presumen de patriotas. Qué cosas.
He leído artículos de conocidos comunicadores de la derecha en los que se apunta al propio Zapatero como posible reo de la famosa colaboración con los del hacha y la culebra. Claro que tales piezas aparecían en un diario donde también se escriben loas a Murdoch, el editor que ha sembrado mierda por el Reino Unido hasta caerse al fondo de la letrina. Todo cuadra, incluso el hecho de que el mentado empresario de la comunicación tenga por asesor al expresidente Aznar.
Ahora asistiremos también, en otro orden de cosas, a una simulación destinada a convertir la crisis en coartada y a fingir esforzados ajustes donde no habrá sino recortes irrelevantes. He oído a la presidenta Rudi cifrar en seis millones de euros lo que ahorrará reduciendo el organigrama del Gobierno aragonés. Dudo que sea tanto dinero, porque, como me canso de decir, muchos cargos son funcionarios que van a seguir cobrando y solo se amortizarán de verdad los puestos de libre designación. Me parece muy bien acabar de una vez con el cachondeo de los fontaneros que cobraban y ni siquiera iban por el Pignatelli, pero la chicha de verdad está en otra parte: en los cuatrocientos y pico millones que deben las empresas públicas, en la externalización de servicios y actividades, en la aparente voluntad de seguir adelante con la candidatura a los Juegos de Invierno pese al repliegue de Zaragoza... De esto, sin embargo, no se habla. Las evidencias importan muy poco, con austeridad y sin austeridad.
J.L. Trasobares/El Periódico de Aragón/lunes 18.07.2011
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