viernes, 29 de julio de 2011

No se acaloren, que no es para tanto 20110729

Hay muchos nervios y mucho acaloramiento. Y eso que este mes de julio ha salido fresquito y aventado. Pero, claro, el patio está revuelto: los paradigmas económicos se han derrumbado (el mito del crecimiento ilimitado), los valores y la ética pasaron, tiempo ha, a mejor vida y el futuro pende de un hilo. Es esta desolación y esta inseguridad la que tiene a la gente de la calle de los nervios, y a los políticos desquiciados. Salvo la presidenta Rudi, cuya victoria la ha transportado al paraíso de las mujeres conservadoras, auditoras y censoras de cuentas. Está tan contenta y animada que cualquier día de estos lo mismo nos perdona y deja que la entrevistemos. Sería maravilloso, sí.

En estas coyunturas, siempre recomiendo calma y paciencia. Por muy mal que vaya todo, un millón de veces peor está la cosa en el Cuerno de África, donde los niños mueren de hambre y los hombres se matan en nombre de Dios. Además, aquí, en la Tierra Noble, los sobresaltos son relativos. Es cierto que por las puertas del Pignatelli han salido bastantes decenas de cesantes, los famosos asesores y demás fontanería (bueno, algunos no han salido porque nunca entraron y cobraban a domicilio). Pero por las mismas puertas van entrando otros que llegan a mojar pan. Por ahora son más los que se van que los que vienen... ¿seguirán así las cosas de aquí a un par de años?

Llevados por su afán místico, algunos populares se rebotan porque ando metiéndome con ellos cuando apenas acaban de tocar marro. Pero no es así, queridos amigos; servidor no hace sino mantener planteamientos críticos que vienen de cuando Iglesias y Biel cortaban el bacalao juntos y demasiado revueltos. Los jerarcas del nuevo Gobierno aún no han sacado al balcón su personalidad. De momento van a rebufo.

Imiten a los jefes: Rudi está relajada, sus consejeros están relajados y los altos cargos que son confirmados en sus puestos también se relajan (los cesados no tanto, pero así es la vida: cruel con los vencidos). Sin embargo, se ha sabido que el Ayuntamiento de Zaragoza también tiene que devolver una millonada al Gobierno central. Pobre Belloch. Otro que no puede relajarse. Me lo van a volver majara.

J.L. Trasobares/El Periódico de Aragón/viernes 29.07.2011


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