Hay que decrecer. Inicialmente, ésta era una consigna alternativa, pero ahora se ha convertido en una máxima del Sistema porque el Sistema se ha hecho antisistema y esto es un lío tan enorme como la reorganización del Gobierno aragonés (donde, por cierto, va a darse la circunstancia de que José Luis Saz, el nuevo consejero de Hacienda, deba negar a la Cámara de Cuentas la información sobre los contratos entre Motorland y Dorna que el propio Saz había reclamado en su anterior cargo de la susodicha Cámara).
O sea, que lo mejor es tener vicios baratos, reducir la marcha, comprar ropa cuando lleguen las segundas rebajas, cenar en casa los fines de semana e ir al cine en el día del espectador. Lo de sentarse ante la gran pantalla está bien como opción, porque ahora mismo hay en la cartelera películas bastante virgueras. El Topo y Drive han sido alabadas por la crítica. A mí me da cierto reparo enfrentarme al primero de ambos films, porque he sido y soy fan de John Le Carré y había creído hasta la fecha que no podía existir mejor encarnación de su personaje Smiley que la de Alec Guinnes en la serie Calderero, sastre, espía. Pero todo el mundo dice que ahora Gary Oldman ha hecho una recreación superior. A ver.
Pidan a los Reyes Magos regalos sencillos, austeros, educativos, útiles, solidarios... Nada de lujos ni horteradas. Planifiquen actividades culturales en espacios públicos. museos, exposiciones y tal. Pueden, por ejemplo, ir al Centro de Historia y ver el último trabajo de mi colega y amigo Gerva Sánchez, Premio nacional de Fotografía. Se titula Desaparecidos y es un documento que penetra en lo más oscuro del terrorismo de estado. Tendrán ocasión de comprar el magnífico catálogo (dos volúmenes y un DVD por 45 euros).
¿Ven?, al final ya estamos con las compras. Pero, aprovechando la ocasión, les voy a decir una cosa: no es ningún pecado gastar el dinero en libros, en viajes, en ver películas o en disfrutar de la vida de forma razonable. Lo que clama a los cielos es que millones de españoles no puedan hacerlo porque no les llega. Y eso no lo van a resolver los Reyes Magos. Eso es asunto nuestro.
J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/jueves 05.01.2012
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