lunes, 23 de enero de 2012

Lo que se desea... y lo que se consigue 20120123

Un amigo mío se montó en un taxi. Desde la radio, Federico Jiménez Losantos clamaba contra las administraciones, el sector público, las regulaciones y los funcionarios. Argumentario carajillo party. El taxista se volvió hacia el pasajero, exultante y maravillado por la soflama del radiopredicador.

--¡Sí señor! --exclamó-- ¡Así se habla! Ya está bien de tanta reglamentación y tanto impuesto. Que dejen a la gente trabajar y el que no quiera, ¡a cascarla!

Mi amigo le dio la razón.

--Desde luego --respondió--. Hay que cortar por lo sano. El sector del taxi, por ejemplo, con sus flotas contingentadas, sus licencias restringidas que luego se compran y se venden a precio de oro, sus tarifas... ¡Qué afrenta a la libertad de mercado! ¿Por qué no dejan trabajar por su cuenta a cualquiera que tenga un coche adecuado, y así se fomenta la competencia, se crea empleo y se dinamiza la economía?

El taxista se cabreó de lo lindo, porque al hombre no le cabía en la cabeza que los discursos del famoso Jiménez se le pudieran a aplicar a él. Sin embargo, es muy posible que tanto este como otros trabajadores por cuenta propia se enteren pronto de que una cosa es desear algo y otra muy distinto tenerlo. En Italia, el gobierno del tecnócrata Monti ya está pensando en liberalizar el servicio del taxi y en mover asimismo las reglas que afectan a diversos profesionales: abogados, arquitectos, notarios... Esperanza Aguirre quiere hacer en Madrid algo parecido (ha empezado con los horarios comerciales). Y es que la derecha-derecha está dispuesta a desmontar los mitos pequeñoburgueses y acabar de paso con buena parte de la pequeña burguesía. A la postre, en las ciudades norteamericanas los taxis pertenecen a grandes empresas y sus conductores suelen ser inmigrantes mal pagados que viven de las propinas. Asimismo, millones de trabajadores por cuenta ajena (del sector público o del privado) se van a quedar tiesos cuando echen un vistazo a la nómina de este mes de enero. Comprobarán que sus salarios, congelados y disminuidos, se reducen aún más al aumentar la retención del IRPF por orden de Rajoy. Y no creo que haber votado al PP les libre del batacazo.

J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/lunes 23.01.2012

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