Los ecos del 23-A y su inefable conmemoración oficial en La Aljafería
han quedado cubiertos al instante por esa abrumadora sucesión de
acontecimientos que nos inunda en sesiones de mañana, tarde y noche. Que
nuestras jefas y jefes salvaran el día de San Jorge a base de los más
manidos, sobados y huecos lugares comunes apenas alteró el apacible
humor de los aragoneses, dedicados a tomar vermut en las terrazas,
comprar libros e ignorar olímpicamente los patéticos discursetes que se
marcaron en el Patio de los Naranjos la señora de ahora (Luisa Fernanda) el señor de antes (Marcelino) y el señor de siempre (José Ángel).
Qué nivel, Maribel. Y en la calle de los Diputados, los futuros vecinos
de Arcosur tocando pitos y sirenas como náufragos del último y
demencial Titanic inmobiliario botado en la Inmortal Ciudad de Zaragoza.
"Lo importante es que en Francia ha ganado Hollande", me dijo un colega para consolarme. "Sí, pero la hija de Le Pen va como un tiro, el compañero Melanchon
se ha quedado corto y aquí no hay manera de pillar una onda que nos
ponga a gusto de verdad", contesté con mi habitual reticencia. Mas luego
me tomé una cañita de Ambar, vacilé con unas guapas señoras y me entoné.
Claro que veinticuatro horas después la cosa volvía a ponerse borde. El BOE publicaba el primer decreto Rajoy, dirigido, cual maléfico torpedo, contra la línea de flotación de la sanidad pública. Medicamentazo
y tente tieso, y de paso los enfermos tendrán que pagarse andadores,
muletas y las ambulancias que deban llevarles a diálisis o a
quimioterapia. Ya dijo Rudi que el proceso de reformas llegará hasta sus
últimas consecuencias. Debería venir un día conmigo la doña y
explicárselo a mi tía Pilarín, pues la pobre anciana (que además vota al
PP) no consigue entender lo que está pasando.
Como dijo nuestro expresidente Iglesias, citando a Mao Tse Tung,
gobernar a los pueblos es como cabalgar un tigre (si de la Tierra Nobel
se trata, a lo mejor el tigre es de papel). Pero el mismo Marcelino ha
explicado muy didácticamente que todo fue de maravilla hasta el 2008 y
si luego se jorobó, la culpa es de Lehmann y de Brothers. Sobre todo de Brothers... el muy cabronazo.
JOSÉ LUIS Trasobares 25/04/2012
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