El impacto causado por una noticia desciende en proporción directa a
las veces que dicha noticia se difunde. Sentado tan obvio teorema,
imagínense qué asombro puede causar actualmente cualquier titular
relativo a la corrupción, siendo como es dicho tema el pan nuestro de
cada día. Aquí la Policía y la Guardia Civil se aplican simultáneamente a
registrar la sede central del partido en el Gobierno y la sede andaluza
del que fue primer sindicato del Reino, y el personal ni se inmuta. A
estas alturas, en España y sus naciones la gente bien (pero
bien-requetebién) ha dejado de asustarse por las imputaciones, los
procesos e incluso los encarcelamientos... Siempre que éstos sean
breves, ojo: una semanita en Soto del Real para ver a los amigos, y
vuelta a casa. Como Blesa.
En los más selectos cenáculos
madrileños, quien no ha sido objeto de imputación por tráfico de
influencias, saqueo de caja de ahorros, prevaricación, delito societario
o fraude fiscal carece de relevancia. En el mundo del superlujo, cada
cual presume de su abogado y su asesor fiscal exagerando las virtudes de
ambos. Por lo bajini, las personas de orden se cuentan trapacerías
evasivas para regatear a la Hacienda Pública, fardan de sus negocios off shore, relatan viajes a las islas Caimán y al estado de Delaware.
Sin embargo, en Zaragoza y el resto de la Tierra Noble, una simple citación judicial acojona a las personalidades. Se nota que son de provincias, pobrecitos. Bueno... y que como les falta pedigrí dan por seguro que la Fiscalía no les sacará la cara, sino los ojos. Fíjense, si no, en la que está por caerle a Mariví Pinilla,
la exacaldesa de La Muela. El juez se ha tomado su tiempo (eso en vez
de una instrucción parecía la erección de una catedral), pero finalmente
el proceso está llegando al momento crucial y el Ministerio Público
pide para la acusada y sus presuntos cómplices unas penas de padre y muy señor mío. Por muchos chaletes que se comprase en Sotogrande y La
Romana, Mariví nunca pasó de ser una mindundi venida a más gracias al
mamoneo inmobiliario, una alcaldesa de pueblo por las listas de un
partidillo regional. Lo tiene crudo.
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