Tienen ustedes razón, lo reconozco: no se puede estar todo el día
haciendo de Casandra, profetizando desdichas y rumiando la hierba del
pesimismo. Si no existe cosa más boba e irreal que sumarse a ese
optimismo artificial y oficioso que nos impele a ser optimistas contra
todas las evidencias, tampoco tiene sentido empeñarse en proclamar que
el 2013 (un año para olvidar, sin duda) ha sido el peor de nuestras
vidas. Eso es exagerar.
Mis primeros recuerdos infantiles se
ubican a finales de los años cincuenta y el inicio de los Sesenta.
Aquello si que fue, objetivamente, malo-malo. Criminal. España en blanco
y negro: Amanecer en puerta oscura, Plácido, El verdugo, semanas santas
moradas, tricornios en las carreteras, uniformes, Tiempo de silencio.
Tampoco los Setenta fueron precisamente gloriosos: incertidumbre, plomo,
sangre, terrorismo, ruido de sables y una crisis económica de órdago.
Pero luego, reconozcámoslo, el panorama fue apañándose. Y durante un
cuarto de siglo, de 1982 al 2007 esto empezó a coger color. Las
expectativas de mejora cobraron un impulso inédito. España, pudo ofrecer
a sus habitantes una calidad de vida como no se había visto en siglos.
Luego hemos sabido que en todo ello había no poca mentira. Pero incluso
caídos hoy del guindo, aún vivimos en un país por encima de muchos
otros.
Se elucubra a veces sobre la supuesta maldición que
persigue a España y a sus gentes. Bueno... La nuestra es una maldición
menor comparada con la que ha perseguido a la mayoría de los africanos,
latinoamericanos y asiáticos. Y a los rusos, que son europeos. Y a
griegos e italianos. Repasen si quieren la historia de Prusia-Alemania
en los últimos cien años. Tampoco es gloria precisamente.
No se
me amarguen. Muchas miserias del 2013 vienen de atrás, sólo que han
eclosionado ahora. Ánimo y que les vaya bien en el 2014. Reparen no
obstante en que, si logran (logramos) tal objetivo, no será porque lo
augure el presidente del Gobierno, mentiroso compulsivo, sino porque la
voluntad de muchos ha de valer más que los egoístas intereses de unos
pocos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario