El Consejo General del Poder Judicial (de mayoría conservadora, no se
olvide) ha advertido al Gobierno de que su proyecto de ley de Seguridad
Ciudadana contiene artículos inconstitucionales. Normal. El Ministerio
del Interior opera con muy mala pata táctica. Pero tiene una aguda
visión estratégica, encaminada a convertir el orden público en un
argumento supremo, tan supremo que deberá servir para situar fuera de la
ley toda protesta social que no pase por el aro. La derecha (en esto
como en casi todo) tiene las cosas mucho más claras que la izquierda,
tan dividida y confusa. Por eso un poco de estrategia de la tensión
no les viene mal a las actuales autoridades. Quieren desprestigiar o
criminalizar a quienes se rebelan, asustar a las clases medias (esas
mismas que están siendo empobrecidas a conciencia), sacar de quicio a
los sectores más críticos, incrementar la represión y finalmente
convertir manifestaciones y huelgas en poco más que actos simbólicos.
Solo faltaría el resurgimiento de las escuadras neofascistas, como la que actuó anteayer en el campus universitario de Zaragoza. Más leña al fuego.
Sin embargo, el problema es (de momento) relativo. Los incidentes
callejeros habidos en los últimos dos años han sido escasos. En ellos no
suelen participar (según las propias fuentes oficiales) más de unas
decenas o cientos de jóvenes antisistema. Y se hace difícil
entender cómo esa supuesta guerrilla urbana puede desbordar, como en
Madrid el día 22, enormes despliegues policiales. ¿Es lógico que agentes
entrenados, provistos de armas y material antidisturbios, con vehículos
y sofisticados sistemas de comunicación se conviertan en víctimas de
unos grupos tan reducidos como escasamente pertrechados?
Bien se
ve que no es difícil reventar una gran manifestación (y sigo hablando
del 22-M) mediante la infiltración y la provocación. Pero... ¿quiénes
son los infiltrados? ¿Policías? ¿Bloques negros? ¿Comandos juveniles de extrema izquierda? ¿Nacionalistas (periféricos) ultrarradicales?... Supongo que un poco de todo.
(¡Sigo el lunes!)
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