Juro por todos los dioses (verdaderos y falsos) que lo pregunté sin ninguna malicia.
--Oye, ¿la nueva aragonesa en la ejecutiva socialista, Susana Sumelzo, quién es, de dónde viene, qué preparación tiene...?
Y mi interlocutor, escandalizado por tan clamorosa ignorancia (lo siento, amigo, estoy en Babia), contestó:
--Hombre, ¡por favor!, Susana es diputada y buena amiga de Pedro Sánchez, al que paseó por Aragón durante su campaña para la elección de secretario general. También es...
Entonces creí que me iba a dar un detalle extraordinario, una
referencia acojonante, un dato de caerme de culo. Pero no, tomó aire y
concluyó:
--... ¡Es de Ejea!
Vale, ¡buuufff!, acabáramos. La última esperanza blanca del PSOE aragonés ya no es altoaragonesa ni de la Zaragoza marceliniana, sino de las Cinco Villas. Adiós Pilar (Alegría), bienvenida Susana. Carlos Pérez
se ha quedado colgado (ni galgo ni conejero ni alcalde). La vida sigue
igual y el nuevo socialismo tiene las mismas referencias que el viejo.
De hecho, y salvando los cien días de gracia que llevarán a Sánchez y su
barónico equipo hasta el arranque de la próxima precampaña, lo
que tenemos ante nuestros pecadores ojos es un catálogo de rostros
nuevos... e ideas y prácticas viejas. Cuando el pasado domingo se
consagró el liderazgo del nuevo secretario general, compartiendo imagen
triunfal con González, Rubalcaba, Zapatero y Almunia, se incumplió la condición básica del auténtico cambio interno: el renovador asesina en público a su predecesor, como González a Llopis en Suresnes. La exagerada representación de los barones en la dirección del partido, la supervivencia de los habituales tics
del aparato, la ausencia de un mensaje renovador, la omnipresencia
andaluza... todo, en fin, da a entender que estos ni pueden ni saben. Antón Losada, politólogo y colaborador del Grupo Zeta, lo clavó el domingo en este mismo diario.
Vale, paciencia y a barajar. Las Cinco Villas fueron el epicentro del
Aragón socialista y republicano. Como el Alto Aragón. Ocurrió en la Edad
Contemporánea. El siglo pasado.
JLT 29/97/2014
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