Decenas de enfermos aguardaban una cama libre en el Servet
de Zaragoza, aparcados durante horas en pasillos y salas de espera.
Entre ayes y estertores, médicos y enfermeras trabajaban como podían.
Sin perder la concentración, claro. Porque en las Urgencias del primer
hospital de agudos aragonés, sacar a flote cada ciclo de 24 horas sin
errores ni catástrofes es más que un milagro, es una heroicidad al borde
de lo imposible. Podían haber ido susurrándoles a los pacientes
pillados en el colapso la gran noticia del día: ¡Agapito cede!
¡Traspasará la mayoría de la SAD Real Zaragoza a los señores de la
Fundación! ¡El equipo se ha salvado! A lo mejor se hubiesen puesto
buenos del alegrón, y aquí paz y después gloria.
Lo que
está pasando en el Salud aragonés es uno de los mayores escándalos
habidos en esta bendita Tierra Noble. Esperas, colapsos asistenciales,
escasez de recursos, malestar del personal y desesperación de los
pacientes y sus familias se han convertido en el fruto de una tenaz
tarea sostenida con implacable eficacia por el consejero Oliván y
su equipo. Ya no hacen falta epidemias de gripe o golpes de calor para
crear situaciones de emergencia; ahora, la emergencia se produce cada
día, cada hora, cada minuto. Un exitazo, oigan.
España
entera (no solo Aragón) disfruta las consecuencias de una manera de
gobernar que deja a un lado los escrúpulos tontos, las sensiblerías y la
flojera empática para ir en línea recta a lo que importa: regresar al
orden social y económico de toda la vida. Por eso el BBVA pudo ayer
comprar Caixa Catalunya (Catalunya Banc) tras haber sido reflotada a
costa del contribuyente. Más de 12.000 millones hemos perdido en el
trato, a mayor gloria de Narcís Serra (que arruinó la entidad), Luis de Guindos (que llegó al rescate) y Francisco González (que se ha quedado la caja-banco a precio de ganga y encima puede presumir de hacernos un favor). Por eso la hucha de la Seguridad Social ha perdido otros 500 kilates.
Por eso nos bombardean con estadísticas sobre nuestros éxitos
turísticos. Por eso las urgencias del Servet son un colapso permanente.
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