Lo explico en plan telegráfico, aunque ello no evitará que unos me sigan llamando españolista y otros antiespañol.
Estoy de acuerdo con el derecho a decidir
por simple coherencia democrática. Además abogo por reglamentar la
consulta para desarrollarla limpiamente, como se hizo por dos veces en
Quebec (Canada) y se va a hacer ahora en Escocia (Reino Unido). Ello
desdramatizaría la situación, organizaría el debate y evitaría acabar en
un referendo como el que se planea en Cataluña, en una atmósfera
viciada y con una doble pregunta confusa, cuya combinación de respuestas
se presta a múltiples interpretaciones.
Deseo que
Cataluña no se separe. Porque ello generará fuertes agravios y
resquemores entre pueblos que son vecinos y llevan siglos actuando
juntos, no resolverá ninguno de los problemas que padecemos y debilitará
la resistencia común ante la dura realidad socioeconómica que imponen
las élites a escala europea y global. La España que dicen repudiar
muchos catalanes o vascos (o aragoneses), al vincular soberanía con
liberación, es la misma que rechazan aquellos que, sin dejar de sentirse
españoles, quieren acabar con la herencia del despotismo monárquico del
XIX, la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera y su
síntesis absoluta y criminal: el franquismo. La Transición permitió
avanzar en tal dirección (aunque hoy ese proceso esté embarrancado y
bloqueado por poderosos intereses) y abrió la puerta a una
descentralización que, a estas alturas, evidencia la estrecha relación
entre los problemas existentes en unos y otros territorios: recortes,
corrupción, fracaso de las instituciones... ¿Hay alguna diferencia entre
Bárcenas y Pujol o entre las hostias que da la Policía Nacional y las que arrean los Mossos?
Quiero seguir compartiendo ciudadanía con catalanes y vascos... y el
resto de los europeos. Porque tal vez el micronacionalismo soberanista
sea buen banderín de enganche, una causa simple y cargada de emociones.
Pero lo que de verdad nos estamos jugando aquí y ahora es la naturaleza
de la gobernanza europea. Dividirnos nos perjudicará mucho. A todos.
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