A petición del querido público, y ahora que tengo un momento de tranquilidad, entraré en el tema: Pablo Iglesias,
los periodistas y los medios. Además el próximo 3 de mayo se celebra el
Día Mundial de la Libertad de Prensa, una jornada que los profesionales
de la información utilizamos para dar visibilidad a nuestros problemas.
Estos, ahora mismo, son muchos, complejos y letales. Por eso mismo,
porque nuestro presente y nuestro futuro se pintan de color negro, los
desahogos del líder de Podemos deberían ser una preocupación muy menor.
Aplaudo, no obstante, a los colegas que abandonaron el Paraninfo de la
Facultad de Filosofía de la Complutense dejando a Iglesias con su
hinchada estudiantil. Ya era hora de que, después de tragar desplantes,
apariciones plasmáticas, comparecencias sin preguntas, ocultaciones y
presiones (a cargo de distintas fuerzas e instituciones, con el PP a la
cabeza), llegásemos al plante. Que cunda.
El jefe de
Podemos tiene una personalidad ciclotímica y seguramente narcisista,
pero además se guía por una estrategia destinada a ser protagonista y a
generar polémicas que luego traslada a su terreno: las redes. Por otro
lado, su criterio respecto del derecho a la información conecta con la
hostilidad tradicional del izquierdismo más subversivo hacia los
medios (privados). Dicho izquierdismo, de obvios resabios autoritarios,
no ha sido capaz sin embargo de descubrir y denunciar la corrupción y la
podredumbre del Sistema, algo que sí han hecho los periodistas desde
diarios, radios y televisiones (¡privados!).
Pero Podemos no es
hoy un peligro para la libertad. Porque carece de poder efectivo.
Existen otros entes (más económicos que políticos) capaces de influir de
verdad en los periodistas para asustarlos, coartarlos, controlarlos y
manipularlos. El 3 de mayo, los periodistas denunciaremos el paro, el
subempleo, las presiones y la apropiación por los partidos gobernantes
de muchos medios públicos. Ahí hemos de aplicarnos y jugárnosla en
nombre del derecho a la información. Lo de boicotear a Iglesias estuvo
bien. Bien... pero fácil.
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