Mientras el PSOE decide, en el confuso mundo de sus horas bajas, si
se reinventa o sigue aferrado a un pasado cada vez más ominoso (¡oh,
dioses, que golpe ha sido esa fianza que reclama el juez a Escó, García Becerril y Agapito!),
mientras las primarias agitan el estanque socialista... la hora de
Izquierda Unida parece haber llegado. Pero IU no puede aspirar al éxito
si no acomete asimismo un proceso de renovación, de modernización, de
rejuvenecimiento y de apertura a las variopintas izquierdas políticas y
sociales. Los de Lara deben decidir: o se aferran a lo que creen haber logrado, o dan un paso adelante y se lanzan a por un auténtico sorpasso
que les convierta, no ya en auxiliares de posibles gobiernos del PSOE,
sino en actores principales de la conquista y el ejercicio del poder.
Nadie duda de que IU tiene marca, estructura y continuidad. También
muestra signos de cierto anquilosamiento. Sus portavoces habituales no
comunican bien (y esta no es una cuestión formal, sino de fondo: sin
comunicación el mejor programa no sirve de nada). Su visión de las cosas
se remite a paradigmas clásicos que están siendo superados. Coincidir
en la elaboración de propuestas con otros actores progresistas le
vendría muy bien. Presentarse a las contiendas electorales articulándose
con el resto de las izquierdas, en un frente común, le daría una
extraordinaria ventaja cualitativa y cuantitativa.
Todo evoluciona en esa dirección. Tras un primer desencuentro, IU y Podemos (la opción encabezada por Pablo Iglesias)
se han sentado a dialogar y se han entendido bastante bien. En Aragón,
el grupo Ateneo acaba de lanzar un comunicado donde llama a la
confluencia de IU, Chunta, la plataforma Podemos, Equo, Puyalón y el
Partido X. Propone abrir cauces de comunicación entre estas fuerzas
políticas, la elaboración de un programa común y la conciliación de sus
mecanismos de decisión internos con nuevos cauces de participación
externa. Cuiz (Ciudadanos por la Unidad de la Izquierda) ha hecho suya
la propuesta. En toda España surgen iniciativas similares.
Pero, hombre... si es de cajón.
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