Pasó de todo: lo previsto y lo imprevisto. Lo malo y lo bueno. Por supuesto esto ya no es ni será lo que fue. En Europa gobernará la derecha, abierta, dicen, a una futura coalición con los socialistas pero azuzada por una extrema derecha superborde. En España el bipartidismo deja de ser lo que fue (PP y PSOE no suman ni el 50%), la izquierda-izquierda avanza (Podemos rompe la pana) y el independentismo catalán demuestra otra vez su fuerza. En Aragón, la derecha se desinfla, los socialistas quedan a merced de futuros pactos con IU... y Podemos, Chunta cae, Rudi ya puede tomar nota, Belloch igual se anima y vuelve a presentarse. ¡Ojo, estos resultados no son extrapolables a las futuras generales, autonómicas o municipales!, advierten los analistas. Quizás sea así. Pero lo que pasó ayer es suficientemente expresivo de cómo están los ánimos de la ciudadanía. Que los partidos sistémicos y los comentaristas adscritos saliesen luego a la palestra con discursos tan planos como previsibles sólo significa que han perdido el tren, el sentido de la realidad y la vergüenza.
Si el PP, sin apenas fuerzas significativas a su
derecha, ha bajado quince puntos sobre lo obtenido hace cinco años,
puede gritar ¡victoria! cuanto quiera, pero la lleva buena. Si el PSOE
se consuela de alguna manera después de perder casi lo mismo, es que no
está en el mundo. Si IU echa las campanas al vuelo por sus seis escaños
("triple satisfacción", dijo Meyer), cuando a su lado la tropa de Pablo Iglesias
(sin campaña, sin dinero, sin espacios, ¡sin sedes!) se ha puesto casi a
su altura, no ha entendido nada. Si alguien aún piensa que lo de
Cataluña se arregla con mantras hispanoconstitucionalistas (por
mucho que UPyD saque pecho), que se lo haga mirar. Las cosas con como
son, y ahora no vale escudarse en los consabidos lugares comunes. Europa
cruje por sus costuras. España se embarulla. Desde ahora todos somos un
poco más radicales.
¿Imaginan el impacto electoral que hubiese
tenido una plataforma unitaria de toda la izquierda (Izquierda
Plural-IU, Podemos, la Primavera y otros)? Pues eso. La situación se ha
puesto complicada. Aunque interesante.
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