Dije aquí que las cuitas fiscales de Jordi Pujol
y su familia demostraban la españolidad intrínseca del expresidente.
Porque Cataluña no es una excepción en este circo político e
institucional de las Españas sino parte de la regla. Todo lo que pueda
pasar en Madrid, Andalucía, Valencia o Aragón ocurre allí. El caso Pujol y la evidente existencia de mecanismos destinados a financiar ilegalmente a CiU se corresponde, detalle por detalle, al caso Gürtel, a la movida de Bárcenas
y la no menos ilegal financiación del PP, al saqueo de los fondos
públicos andaluces a cargo de dirigentes del PSOE y de los sindicatos o a
cualquiera de las tropelías que todos sabemos. No existe una maldición
específicamente catalana o castellana. En todos los calderos
hispánicos cuecen las mismas habas. Por encima de identidades y
soberanismos flotan los recortes, el saqueo de los más por los menos y
esa cabronada que denominamos corrupción.
Según algunos, los Pujol-Ferrusola cometieron sus presuntas fechorías tolerados y amparados por sus amigos de Madrid. Así pretenden argumentar que el tinglado andorrano de la codiciosa familia es ajeno a Cataluña y a su republicana esencia nacional. Bueno... Nadie en su sano juicio puede negar que al exhonorable se le dejó hacer porque tanto González como Aznar necesitaron el apoyo de CiU para gobernar. Y por la misma regla de tres, es evidente que la tolerancia se acabó justo cuando Mas
y los demás se fueron lanzando con el tema de la consulta. Sin embargo
no es menos cierto que Jordi Pujol fue presidente electo de la
Generalitat durante veintitrés años, creó el nuevo nacionalismo
catalán, gobernó, medró y se benefició de un enorme respeto social y
mediático. Por eso, cuando le cayó algún chuzo de punta (por lo de Banca
Catalana) pudo envolverse en la senyera y dictar lecciones de
ética en nombre de su nación y su pueblo. En Barcelona no eran pocos los
que sabían mucho, aunque callaban. Fuese por miedo, interés... o patriotismo.
La corrupción no vale como munición para los nacionalistas, sean
centrífugos o centrípetos. Porque es un problema transversal. De todos.
JLT 05/09/2014
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