Conforme se postulan aspirantes a las primarias que ha de
celebrar el PSOE zaragozano y de las que, a su vez, saldrán candidatos a
las próximas elecciones municipales, el personal comprueba que son
gente ya currada en cargos públicos (salvo la aspirante
respaldada por Izquierda Socialista, cuyas posibilidades son más bien
nulas). Estamos invariablemente ante genuinos representantes de eso que
los de Podemos llaman casta (denominación que, por cierto, a mí
no me hace muy feliz pese a su eficacia descriptiva). En los foros han
aparecido durísimos comentarios sobre estas personas. Javier Fernández y Carlos Pérez Anadón han atraído sobre sí post y tuits repletos de descalificaciones. Y sin embargo...
En la capital aragonesa, PP, CHA y supongo que el PAR tienen más o
menos resuelta su candidatura, al menos en lo que se refiere al número
uno de la lista. Y en todos los casos se tratará de un político profesional. Pero... ¿quién querrá ser candidato de Ganemos-Podemos o de cualquier otro partido o plataforma con intención alternativa?,
¿quién, que no esté ya en la pomada, querría serlo de los partidos
convencionales, caso de que éstos pretendieran una auténtica renovación?
Me temo que las nuevas propuestas no tendrán fácil encontrar mujeres y
hombres que den un buen perfil y acepten ir, de entrada, a unas
primarias, afrontar luego una campaña complicada y, en caso de victoria
electoral, tener que lidiar con la gestión de unas instituciones sumidas
en el déficit crónico. Eso, sin olvidar que deberán hacer públicos sus
bienes, aguantar el pim-pam-pum de los medios y las redes sociales y
cobrar un sueldo muy... limitado.
Para ser
candidato, tal vez los funcionarios con plaza en propiedad puedan pedir
una excedencia y saber que luego tendrán garantizado el retorno. Para
otros trabajadores públicos no será tan fácil. Peor aún: quienes están
empleados en el sector privado deberán correr el riesgo de quedarse en
la calle (sobre todo si no están en un partido de orden). En el
caso de los autónomos, lo mismo. ¿Para, encima, ganar menos? Se supone
que sí. La decisión de Podemos, al fijar en 1.800 euros mensuales la
retribución de sus eurodiputados (que ceden el resto del salario a
entidades sociales), pone las cosas muy difíciles a cualquiera que tenga
aún un sueldo medio normal y aspire a mantenerlo. ¿Cuál será la
retribución de un concejal? ¿Y de un diputado autonómico? Entonces...
¿será la vida pública algo abierto solamente a quienes están en paro y
sin expectativas o bien para los que tienen la vida resuelta?
Un tema que debería debatirse con franqueza, claridad y muchos menos estereotipos. Porque me temo que la antipolítica ha causado ya estragos. Y eso puede tener efectos indeseables.
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