Desde la revista Crisis han organizado tres mesas
redondas tituladas "Demandas de Identidad". Comenzaron ayer y se
prolongarán hoy y mañana (siete de la tarde, salón de actos de la
Biblioteca de Aragón). Tratan la cuestión identitaria desde el enfoque
multicultural, europeo y nacional. Y era en esta última sesión donde
debía intervenir quien suscribe, pero un asunto insoslayable me impedirá
cumplir tal compromiso. Siento mucho faltar a esa cita, pero, bien
mirado, no sé si soy la persona más adecuada para hablar sobre identidad
y nación porque cada vez estoy más alejado de ambos conceptos, tan
agobiantes.
Una parte de mi generación construyó su
identidad rompiendo los moldes de los estereotipos nacionales que
entonces eran de uso obligatorio en la España de Franco. Quisimos
ser más cosmopolitas, acceder a la modernidad cultural y adoptar
ideologías liberadoras de naturaleza internacionalista. Así que nos
fabricamos una personalidad similar a la de nuestros homólogos del resto
de Europa y Occidente: rock, literatura y arte de vanguardia,
neomarxismo, cine de arte y ensayo (también Hollywood, por
supuesto) y el empeño de mirar hacia el exterior para aprender en las
escuelas de la libertad, el inconformismo y la igualdad social.
Sí, éramos y somos españoles y aragoneses (o catalanes o vascos), pero
luego asistimos al último y definitivo capítulo del gran relato de la
globalización, vimos derrumbarse algunos de nuestros mitos (¡las
revoluciones!) y ya no nos quedó más remedio que ser lo que somos:
ciudadanos del mundo, demócratas radicales, escépticos habituales y
nostálgicos de la utopía.
Me esfuerzo por entender la vocación nacional
de mucha gente. Pero tengo la cabeza y el corazón en otro sitio. Creo
que hoy lo importante es encontrar (e imponer por la fuerza de la razón y
el peso de las mayorías) alternativas que renueven el espíritu de
Europa y promuevan una gobernanza global para defender con eficacia la
paz, los derechos humanos y el propio planeta. No reniego de España ni
de Aragón. Pero es mi identidad la que me empuja a mirar más allá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario