El lunes y ayer, martes, en el Pignatelli se vivió en régimen de puertas cerradas. A jefas y jefes apenas se les veía fuera de sus herméticos despachos. Pese a tanta depresión, Rudi ha aceptado la solicitud de Rajoy para aguantar hasta dentro de un año, cuando tenga lugar el próximo ciclo de congresos en el PP. Otros barones
y gerifaltes no parecen tan disciplinados y harán lo que se les supone a
los políticos que se han dado un batacazo: irse ya. El PP cruje por sus
junturas. Si el castellanoleonés Juan Vicente Herrera, uno de los pocos que se ha salvado de la quema, reclamaba renovación y le tiraba a don Mariano un fantástico derrote, Esperanza Aguirre
protagonizó uno de los episodios más chuscos y patidifusos de este
periodo postelectoral, al aparecer en público ofreciendo la alcaldía de
Madrid al socialista Antonio Miguel Carmona, o incluso a Ciudadanos, con tal de frenar a Manuela Carmena y a los radicales de Podemos. Por un instante, el afán de la aguerrida lideresa evocó el fantasma del tamayazo, porque con la cazadora de talentos nunca se sabe. Más cólera de Dios
que nunca, su propuesta fue rechazada mil veces por el PSOE y su electo
candidato capitalino. "Ya no sé como decirlo", se desgañitaba Carmona
en twiter: "¡Que no!".
Bueno... en Aragón los presidenciables y alcaldables más significados
iniciaron no ya los tanteos sino la toma de posición previa. Echenique
quiere ser presidente y Zaragoza en Común designará hoy ocho
negociadores. El PSOE, cuya ejecutiva regional se reunió ayer, está
listo para hablar con quien corresponda. CHA queda a la espera.
Aunque parezca mentira, buena parte de los altos cargos que han
señoreado el Gobierno de Aragón en estos cuatro años no esperaban caerse
del caballo. Creían que su gestión sería apreciada por la ciudadanía y
que la presunta mejora de la situación económica haría lo demás (siempre
de acuerdo con la versión literal de los argumentarios del PP). Así que
ahora esta buena gente anda con la moral por los suelos. Acaban de
enterarse de que el personal de a pie estaba cabreado con los recortes,
las salidas de tono de Oliván, el afán privatizador de Serrat y la impostada altivez de la presidenta Rudi. Parece mentira.
Dejan aprobado, eso sí, un presupuesto que lastrará al próximo Ejecutivo, un hospital de Alcañiz adjudicado a Florentino y Cía y toda la producción externalizada
de Aragón TVE (es decir, el grueso de la programación) adjudicada para
los próximos cuatro años. Estas últimas semanas han dado para mucho.
¿Quiénes y cómo relevarán a Rudi y los suyos? Pablo Echenique, al que
no se le pone nada por delante, ha lanzado su primer desafío. Pretende
negociar con Lambán "de tú a tú", lo cual es coherente
con el hecho de que su partido y el de los socialistas han tenido
prácticamente los mismos votos, aunque el suyo logre menos diputados
porque Huesca y Teruel dan más escaños de los que les correspondería
aplicando la estricta proporcionalidad. En todo caso, ambas partes
habrán de hablar y ver en qué para la cosa. Ayer por la tarde, el
secretario general del PSOE aragonés y también aspirante a presidir la
DGA, salió muy serio de la reunión con su Ejecutiva. Viene diciendo que
no gobernará a cualquier precio. Pero sabe perfectamente (Echenique
también, aunque él es un verso suelto) que se ha de llegar a algún tipo
de acuerdo sí o sí, y para eso habrá que configurar un espacio de
encuentro con Podemos... y CHA.
Chunta, por cierto, se ha quedado quieta. A esperar que los otros
llamen. Bien mirado, aun en el caso de que PSOE y Podemos pacten lo que
sea, el concurso de los nacionalistas será imprescindible para obtener
mayoría absoluta. Pero tampoco se pueden permitir ahora demasiados
desahogos. El grueso de los votantes de las cuatro fuerzas
de centroizquierda e izquierda (incluyendo a IU) presentes en las
futuras Cortes no ha echado ahí su papeleta para que al final aquello
acabe convertido en un berenjenal.
Zaragoza en Común ha designado una comisión de ocho miembros que
llevará los contactos con otras fuerzas. Según Santisteve, sus
negociaciones están desvinculadas de las que vaya a llevar a cabo
Podemos en el ámbito autonómico. Lógico hasta cierto punto, aunque poco
operativo. Más engorroso todavía va a resultar el hecho de que la
plataforma electoral tenga en lo sucesivo un portavoz distinto cada día.
Se complicarán ellos la vida y, lo que es peor, nos la complicarán a
los periodistas. Cómo si estos barroquismos formales tuviesen algo que
ver con la participación, la democracia interna y la convergencia. En
fin...
¿Y Ciudadanos? Pues como su concurrencia no resuelve nada en las
instituciones más relevantes, pueden acogerse a las generalidades de
rigor (lo de la lista más votada, las primarias y no entrar en los
gobiernos que no presidan). Con eso les sobra. Además, hasta que sus
actuales jefas no cojan un poco más de carrerilla y soltura, cuanto
menos se descaren, mejor.
Al PAR le pasa algo parecido. Aliaga empezó hablando mucho de pactos,
la especialidad de su formación. Pero en realidad el regionalismo sólo
es decisivo en la Diputación Provincial de Teruel. ¿Se la darán al PSOE o
al PP? Hombre, si los socialistas acaban gobernando la DGA... mejores
aliados serán que los otros, ¿no? Biel, por su parte, ejerce de somarda.
Se pitorreó de algunos de los futuros acuerdos: "Algunos --dijo--
empiezan siendo una jaca andaluza y terminan de burra manchega". No es
la primera vez que suelta la gracia. Pero nadie ha logrado interpretarla
con precisión. ¿A quién aludirá?
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