Dios es conservador, sospecha mucha gente. Por eso tal vez es muy probable que Luisa Fernanda Rudi
siga siendo presidenta de Aragón después del 24-M. Si cuadran los
resultados. Si Ciudadanos (un partido que es pura incógnita pero cuyos
enganches con la derecha fáctica parecen claros) le otorga su apoyo. Si
el desapego de la presidenta hacia la realidad aragonesa y la sociedad
civil organizada no evita que la gente de orden, los precavidos, los
timoratos, los pragmáticos y los que rezan a la Virgen para quedarse
como están acaben cogiendo la papeleta con la gaviota. Mirad lo que ha
pasado en Gran Bretaña. Se ve que el Diablo también tiene querencia por
la banda de estribor. Y el Dinero, también.
Esa posibilidad de que Rudi reedite mandato, aunque sea muy asistida
por otros partidos, pone de los nervios a quienes tienen en mente los
recortes en los servicios básicos, el barullo administrativo, los
presupuestos a la remanguillé, el aumento de la deuda y el
incumplimiento sistemático del déficit. Pero estas personas deberían
entender que todos esos... llamémosles vicios son valorados de manera
muy distinta cuando afean la gestión de cualquier izquierdista
(socialdemócratas incluidos) que cuando embellecen la labor de un
conservador como Dios, el Diablo y el Dinero mandan. Ayer, todos los
indicadores económicos relacionados con el Reino Unido dieron un salto
hacia adelante (las bolsas, el cambio de la libra esterlina, las primas
de riesgo, la buena voluntad de las grandes corporaciones
transnacionales...), a la vista de que Cameron había
logrado mayoría absoluta contra todo pronóstico, dejando a los autores
de los sondeos con un palmo de narices. Y no es que su programa (que
incluye un referéndum sobre la permanencia de su país en la Unión
Europea) fuese tan maravilloso. Es que anteayer se dirigió a los
británicos, les advirtió de que si votaban a los laboristas y los
nacionalistas escoceses (europeístas perdidos, los muy gilis) se
hundiría la economía. Y el personal, acojonado, tomó buena nota.
Por eso Rudi se mira en su espejito mágico, se observa en él muy
despacio... y ve la cara sonriente de Cameron cantando victoria. ¡I'm
wonderful, darling!.
Por si acaso, nuestra todavía presidenta iba insistiendo en la idea
de reducir el número de diputados en las Cortes. Sin duda con la
intención de no dejar sitio para las minorías. Javier Lambán
se puso hecho un basilisco y refutó la medida. Claro, el candidato del
PSOE no puede dejar pasar la oportunidad de ir al choque. En esta
campaña, tan concurrida, en la que los medios deben atender un mínimo de
nueve o diez candidaturas, hay que estar muy atento a la jugada para no
perderse un titular. Eso sí, la radiotelevisión pública ha de informar a
piñón fijo adjudicando espacios a los partidos y coaliciones en función
de su presencia institucional previa. A los nuevos, ni caso. Es desde
luego una perfecta barbaridad informativa. Pero así funciona el Sistema.
En la izquierda, las ilusiones y las aprensiones van de la mano. Los candidatos de Izquierda Unida (en particular Patricia Luquin,
hada madrina del buen rollito progresista) hacen constantes guiños al
unitarismo, anticipando la salida (inevitablemente frentista) que puede
permitir sacar a la derecha de los gobiernos que ocupa, empezando por el
de la DGA. Podemos... Bueno, Podemos se sitúa en otra perspectiva
porque todavía mantiene la esperanza (lo dicen una y otra vez sus
fundadores e inspiradores) de movilizar a los indecisos proponiéndoles
lo contrario a lo que Cameron ofreció a los británicos. Pero supongo que
alguno de esos líderes, habituados al análisis político, se habrá dado
cuenta de que, a la espera de lo que salga de las urnas, las
expectativas de los Ganemos unitarios que se presentan a las
municipales en varias grandes ciudades (véase Zaragoza en Común) son
bastante mejores que las de su propio y solitario partido en las
autonómicas.
Lo cual nos sitúa, quieras que no, ante una incógnita fundamental que
será clave en la administración del tiempo postelectoral y en la
preparación de las generales que vendrán después: ¿Ha cometido Podemos
un error estratégico tan garrafal como el de IU en las europeas? ¿Ha
perdido, al rechazar cualquier convergencia en las autonómicas, la
posibilidad de mejorar su posición? Si el partido de Echenique
no logra convertirse en un frente popular electoral y acaba
repartiéndose los votos progresistas con PSOE, IU y CHA... ¿nohabrá
perdido su ventana de oportunidad para convertirse en la única y
fundamental alternativa? ¿No hubiese sido más inteligente entrar en una
alianza preelectoral donde siempre habría salido muy bien parado en la
elección de candidatos mediante primarias abiertas?
Por lo demás, la campaña está ahí, con los candidatos yendo y
viniendo pero sin que se vean mayores profundizaciones programáticas por
parte de nadie. Eloy Suárez y Carlos Pérez Anadón, candidatos a la
alcaldía de Zaragoza por PP y PSOE, respectivamente, tuvieron un cara a
cara en Aragón TV. No creo que batiesen récord de audiencia. El
conservador estuvo agresivo, como suele. El socialista fue leyendo,
pelín nervioso, propuestas y consideraciones. ¿Va usted a pactar con
Podemos?, preguntó Suárez a Anadón. Pero Podemos no se presenta como tal
a las municipales. De todas formas, Pérez Anadón pasó del tema y siguió
a lo suyo.
En CHA los ánimos se han templado bastante tras ver la encuesta del
CIS, cuyo vaticinio no es maravilloso pero sí consolador. Aunque sea de
manera testimonial, seguir estando presentes en las Cortes aragonesas y
en el Concejo zaragozano (si tal cosa ocurre finalmente) es vital para
un partido que se está jugando la supervivencia.
¿Y Ciudadanos? El centroderecha renovado se toma las cosas con calma.
Actúa como una especie de Podemos amable y domesticado, fiando al tirón
de la marca y del líder (Albert Rivera, se entiende) esos magníficos
resultados que les auguran las encuestas. Mientras, existen una serie de
versiones no autorizadas de la cortísima historia de este partido en
Aragón, que corren por las redes y relatan hechos curiosos. Uno de ellos
tiene que ver con las cuitas de la organización en Calatayud, donde las
disputas internas y los abandonos han sido un fenómeno tempranísimo.
Pero esto sólo son, de momento, ligeros e ignorados tropiezos que no
empañan la marcha triunfal de Ciudadanos hacia el éxito electoral. Se
supone.
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