Hay programas que suman decenas de
páginas, otros acumulan cientos. Los partidos y coaliciones proponen
medidas de choque que supuestamente adoptarán en sus primeros meses de
mandato (si llegan a mandar, claro) y desgranan intenciones de todo
tipo. Algunos candidatos tienen a gala ofrecer al electorado exclusivas
ofertas que, según ellos, son el fruto de un análisis fino y no de la
improvisación. El PP (con el propio Rajoy y Rudi a la cabeza) se ha especializado en advertir de que los otros
son simples "pandillas de aficionados", cuyas ideas no pasan de ser
locas ocurrencias. Podemos tira con bala a todo lo que se mueve. En esta
confrontación (por algo al actual periodo lo llamamos campaña),
populismo es el término peyorativo por excelencia; y aragonesismo, el
blasón de las formaciones que presumen de tenerlo como seña de
identidad. Sin embargo, al igual que ocurre con las cartas a los
votantes, los distintos programas se parecen entre sí más de lo que sus
autores quieren reconocer. En teoría, ello debería permitir fraguar los
pactos que sin duda alguna serán necesarios para formar gobiernos tras
el 24-M. Aunque nunca se sabe.
En el amplio y variopinto espacio del centro-izquierda, desde el PSOE
hasta IU pasando por Podemos o CHA (más las candidaturas municipales
tipo Ganemos o en Común), el reclamo combina siempre
la recuperación de los servicios, la creación de mejores mecanismos de
asistencia social y la puesta en marcha de un salario de subsistencia
para quienes no tienen ningún otro ingreso. Incluso Ciudadanos quiere
crear en el Gobierno de Aragón una gran área de Servicios Sociales. En
ámbitos como la educación y la sanidad, esas mismas organizaciones
coinciden siempre a la hora de reclamar una reversión de las políticas
de recorte llevadas a cabo por el PP, la derogación de la LOMCE o la
recuperación de la iniciativa cien por cien pública frente al estímulo
de la enseñanza concertada o la privatización de las actividades del
Salud. En las mesas de debate entre candidatos ante sindicalistas,
enseñantes, sanitarios o miembros de organizaciones sociales, los
asistentes han salido a menudo con la sensación de que un acuerdo
postelectoral no debería ser demasiado complicado.
En el PP cuentan con que ese acuerdo sí sea trabajoso o, mejor aún,
imposible. Rajoy llamó ayer mismo a evitar "cuatro años de líos". En los
círculos sistémicos o de orden el término populismo se pronuncia o se escribe a todas horas. Se alerta al personal de que los populistas (algunos escribidores parafrasean a don Mariano y fustigan a los adanes y al adanismo,
¿?) prometen cosas sin explicar la manera de pagarlas. Pero lo cierto
es que eso lo hacen todos, empezando precisamente por los conservadores.
Venden bajadas de impuestos y a la vez mejoras e inversiones de todo
tipo en una magnífica exhibición de incoherencia. Si Rudi lleva varios
ejercicios sin cumplir el objetivo de déficit, no abona los gastos de
los institutos, no cubre la medicación de los enfermos de hepatitis,
tarda meses en pagar las facturas y tiene colgados a los dependientes...
¿Cómo podrá reducir sus ingresos (si siguiera gobernando)? ¿Seguirá
tirando de deuda?
El aragonesismo es la bandera de algunos partidos. Un distintivo que
quieren resaltar, convencidos de su valor y su capacidad para atraer a
la ciudadanía. Ayer, el PAR reunió a sus fundadores en una comida, y Arturo Aliaga se emocionaba luego al glosar aquel encuentro de figuras históricas (aunque hubo unas pocas pero señaladas ausencias, como Biel o Mur).
Desde la acera de enfrente, Chunta (cuyas 100 Medidas de Choque están
muy en línea con los conceptos socialdemócratas más auténticos) no deja
nunca de recordar su naturaleza nacionalista. Está por ver, sin embargo,
si el espacio de lo regional-nacional recupera su máxima extensión o
retrocede, empujado tal vez por las nuevas formaciones. Mientras tanto,
no son pocas las marcas que llevan explícito o implícito el adjetivo aragonés
en la etiqueta: Partido Aragonés, Chunta Aragonesista, Estado (Estau)
Aragonés, Bloque Aragonés, Puyalón de Cuchas, Campromiso por Aragón...
Aunque la clave de su identidad suele ser más bien la posición
ideológica en el tradicional eje horizontal, derechas o izquierdas, lo
que a su vez determina planteamientos más o menos españolistas.
Se ha dado el caso de notorios militantes del PAR que, tras apoyar en
las primarias de dicho partido a Javier Allué y perderlas, se han pasado
a Ciudadanos (encabezados por Alberto Casañal, actual número dos en la
candidatura naranja al Ayuntamiento de Zaragoza). Un salto mortal de lo
más notable (que por cierto ha cabreado a muchos de los primeros
seguidores de Rivera en Aragón).
Bloque Aragonés, uno de esos partidos que podríamos denominar
marginales, presume de tener la candidata más veterana de todo Aragón
(va a las municipales de Zaragoza). Se llama Ángeles Gasca, tiene
noventa años, está calificada como dependiente desde el 2012, no recibió
nunca la más mínima ayuda (le han ofrecido un servicio a domicilio que
cuesta más de mil euros al mes y del que sólo le financiarían la tercera
parte)... Anteayer, un familiar suyo (la anciana está ahora
hospitalizada) y el cabeza de lista de Bloque, Adrián Lafuente, se
presentaron en el IASS. Dejaron al personal turulato al reivindicar los
derechos de la abuela candidata.
Y se celebró el cara a cara entre Eloy Suárez y Pedro Santisteve.
Ganó sin mayores problemas el de Zaragoza en Común porque el alcaldable
del PP se ha empeñado en no enterarse de qué es y quiénes integran la
candidatura que tanto le obsesiona. Primero la vinculó a Podemos y ahora
quiere que sea de IU, para relacionarla con la gestión de Belloch.
Alguien debería explicarle cómo es la cosa. De paso, bueno sería que la
educada gente de la derecha dejase de malmeter con ETA en todos los
debates, cuando el asunto no viene a cuento. ¿Echan de menos a la banda
terrorista?
Hoy, los de Podemos hacen su gran mitin en Zaragoza (Sala Multiusos).
Con Iglesias, Errejón y Bescansa. Además de Echenique, al que varios
dibujantes han convertido en superhéroe de cómic con unos carteles y
viñetas muy chulos. Y de telonero, Santiago Auserón (Radio Futura, Juan
Perro). Así, ya se puede.
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