Desde luego, Monedero les ha hecho una magnífica
putada a sus camaradas y amigos. Supongo, no obstante, que Podemos se
libra así de uno de sus socios fundadores más complicado. El suceso, en
realidad, indica tan sólo que el nuevo partido pasará por problemas muy
similares a los que han tenido otras fuerzas políticas a lo largo de la
historia. En esto, como en todo lo demás, la formación que lidera Pablo Iglesias
se desenvuelve muy en línea con los habituales paradigmas de las
izquierdas: tensión interna, personalismos, confrontación constante
entre lo razonable-pragmático y lo ilusorio-utópico. Nadie dijo que
resetear este sistema tan retorcido y amenazador iba a ser fácil.
Para entender las claves de Podemos recomiendo la lectura de Asaltar los cielos, el ensayo de José Ignacio Torreblanca
(editorial Debate) que bucea con rigor en las elaboraciones teóricas y
las actuaciones que dieron lugar a la audaz iniciativa emprendida por
aquella gente de la Fakul (Ciencias Políticas de la
Complutense), que ahora paga un altísimo precio personal por estar donde
está y perturbar tanto como ha perturbado. Aquellos profes y quienes
luego se unieron a ellos han atravesado el año más fluido, apasionante y
borde de sus vidas. Ha sido un periodo tan vertiginosos y abrasivo, que
un duro como Monedero ha acabado tirando la toalla. Supongo
que habían analizado previamente lo que les esperaba. Aunque dudo que se
hubieran hecho a la idea.
El sistema posee un poder de encarnadura poliédrica, con enorme
capacidad para hacer daño, con múltiples recursos y está perfectamente
preparado para afrontar cualquier desafío. La correlación de fuerzas es
desfavorable, si de darle la vuelta a la situación se trata. Vean, si
no, lo que le pasa a Syriza, a los populistas latinoamericanos, al mismísimo Obama.
Podemos es una propuesta cargada de valentía e inteligencia. Pero
tendrán sus líderes y militantes que hacerse a la idea de que los de arriba también manejan (y con una profesionalidad apabullante) la clave teorizada por Gramsci: la hegemonía en el terreno de las ideas y la cultura es decisiva. Pues eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario