Que el alcalde de Alcañiz, Juan Carlos Gracia Suso, no quiera
dimitir, tras ser cazado por el radar conduciendo a 211 por hora (en
una carretera turolense con limitación a 100), tiene toda la lógica del
mundo. Piensen ustedes, en primer lugar, que lo de renunciar a un cargo
por ser imputado, investigado, acusado o reproducido en escuchas
policiales no suele ser la regla en este bendito país nuestro. Así pues,
bien podrá pensar el regidor alcañizano que, si su conmilitona Esperanza Aguirre
no deja la dirección del PP madrileño pese a ser cosa sabida que
siempre estuvo rodeada de corruptos, ladrones pregonaos y estafadores
municipales, ¿por qué habría él de renunciar a su alcaldía?, ¿por pisar a
gusto el acelerador de su Mercedes? Además... ¿para qué te compras un
Mercedes si luego no le pisas?
Luego está el factor Motorland.
Ojo al tema, que es transcendente. Si la Ciudad del Motor fue un
invento y un feudo del PAR, su rendimiento electoral ha ido cayendo del
lado del PP, que ha sido capaz, con Gracia Suso a la cabeza, de asumir y
vender aquellas costosísimas y ruinosas instalaciones como la principal
seña de identidad de Alcañiz; seña, como es obvio, íntimamente
relacionada con la velocidad, las carreras, las motos, los coches y todo
eso. No cabe imaginarse al alcalde de una localidad tan revolucionada
circulando por ahí en plan soso, arrastrándose por la carretera como un
perroflauta en su furgona o un ecologeta en bici. ¡Por favor! Hay
que quemar caucho, dar vidilla a los pistones y las bielas, hacer
bramar los escapes, perseguir al viento sobre el asfalto... y fardar de
rápido, de chulo, de alcalde, de pepero y de piloto.
La gente seria y criticona dirá que la acción de este desprejuiciado fitipaldi
está tipificada como delito, puso en peligro la vida de otras personas y
es incompatible con el ejercicio de un cargo público tan relevante. No
hagan caso. Eso son prejuicios tontos. Miren ustedes: Motorland es un
sumidero de dinero público de muy dudosa rentabilidad; asumiendo tal
circunstancia, deberemos aceptar asimismo que Alcañiz tenga un alcalde
de semejante jaez. Puestos a tragar...
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