La vida es muy dura. Les pongo el caso de Jesús Membrado. En 2004 pasó de la secretaría general de UGT-Aragón a un puesto de salir en la candidatura socialista al Congreso por Zaragoza. Se portó bien en la Carrera de San Jerónimo; un parlamentario voluntarioso, vehemente y disciplinado. Así que en esta legislatura fue portavoz del PSOE en la Comisión de Trabajo y allí le tocó defender la reforma laboral. Su sindicato estaba convocando una huelga general contra dicha reforma, pero Membrado puso por delante la lealtad a su partido. Ya lo creo.
¿Qué recompensa ha tenido? Pues la de descender a un puesto dudoso en las listas para las próximas elecciones. Ahora tiene el escaño pendiente de un hilo y anda el hombre con un cabreo monumental. Con razón.
Pero fíjense en otro caso singular: Rosa Santos: fue el gran fichaje del PAR para el 22-M. De la noche a la mañana la captaron, le dieron puesto en la Ejecutiva del partido y la presentaron como candidata a la Alcaldía de Zaragoza. Un mirlo blanco, decían. Pero, a pesar de su rutilante campaña, los resultados no fueron buenos. Se estrelló más bien. No salió ni concejala.
¿Ha quedado marcada por tal fracaso? En absoluto. Ahora va a ser candidata al Senado en la lista conjunta con el PP. Sale seguro, y tomen nota de que pillar puesto en la Cámara Alta es un chollo. Belloch, sin ir más lejos, anda loco por entrar ahí y no está claro que pueda lograrlo. ¿Para qué le ha servido a este buen hombre mantener el sillón de alcalde que Rosa ni olió?
En política, ganar o perder es una alternativa envuelta en la incertidumbre o el misterio. Aunque si estás en el buen punto filipino seguro que te lo llevas todo por delante, José María Aznar se ha convertido en asesor (bien pagado) de la primera empresa productora de oro, la canadiense Barrick Gold. El dato debería dejar de piedra a quienes todavía creen que esta crisis es un fenómeno telúrico-zapatérico. ¡Ja! En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira. Membrado sufre, Santos se recupera y Aznar se pitorrea. El ex-presidente (y su señora y su yerno y ...) verá la jugada, hará caja y se carcajeará de todo y de todos. A mí, plin.
J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/sábado 01.10.2011
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