Esa auditoría elaborada por la propia Intervención de la DGA va a dejar muy fríos a quienes esperaban de ella apoteósicas revelaciones. Pues no, amiguitos. Lo que el consejero Garcés explicó ayer era perfectamente previsible: el déficit se estira, la deuda va aumentando, los ingresos descienden, los servicios esenciales llevan su propio ritmo de gasto y las sociedades públicas son, en conjunto, una ruina que acumula deudas por más de seiscientos millones. Barros notorios ni uno, salvo algún malabarismo financiero llevado al límite. Si alguien pensaba que se abriría la caja de los truenos habrá de conformarse con lamentar los desfases más obvios, patalear por el coste de la radiotelevisión pública, hurgar en los agujeros y en las facturas extrapresupuestarias y poco más.
Bueno, está claro que se trata de una auditoría oficial llevada a cabo por los mismos que ya vigilaban las cuentas del Gobierno autónomo, y tendría guasa que ahora pusieran bajo sospecha lo que antes autorizaron. Además, cualquier investigación debía ser cauta y suave a la hora de repasar la gestión de quienes fueron aliados necesarios en anteriores mandatos y siguen siéndolo en éste. ¡Como para radiografiar a lo fino la contabilidad del Instituto Aragonés del Agua o las pérdidas reales de Motorland! Se nota, en fin, que Rudi no es Cospedal y que Aragón tampoco ha sido administrado con el mismo desenfreno que Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana o el Ayuntamiento de Madrid. Loados sean los dioses.
El problema de Rudi, Garcés y todos nosotros es que para controlar el déficit hay que reducir gastos y/o incrementar ingresos. Lo primero es harto difícil, salvo que a) se lleve a cabo un rigurosos replanteamiento de los compromisos inversores, cerrando radios, teles y ciudades motorizadas, eliminando subvenciones y ajustando las contratas, o b) se corte por lo sano y a lo bestia, estrujando con mano de hierro los cuatrocientos millones de desfase en el Salud o congelando el sueldo de los funcionarios. Lo segundo supone incrementar los impuestos y lograr que el Gobierno central (Rajoy) afloje las mermas tributarias. Hala pues: ya tienen faena los señores del PP.
J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/martes 18.10.2011
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