Ha dicho Rubalcaba que Rajoy hace ahora lo que él ya
propuso durante la campaña electoral. Impresionante, ¿no? El actual
secretario general del PSOE ha decidido combinar una línea de
entendimiento y apoyo al Gobierno conservador con algunas discrepancias
relativas a los ajustes y al coste social de la crisis. En líneas
generales, la convergencia (en intereses y en visión) de los partidos
mayoritarios es notoria aunque no sea absoluta. PP y PSOE, a la postre,
son los dos grandes ejes políticos de este Sistema. Ambos tienen mucho
que callar, mucho que esconder, muchos muertos en sus armarios y muy
pocas ganas de darle la vuelta a la situación. No hay Gobierno de
Concentración ni creo que lo haya, pero se están sentando las bases de
algunos consensos. Por eso, y descendiendo al plano más doméstico, Lambán no acaba de construir una discurso de oposición a Rudi y la que le hace Suárez a Belloch es simple pirotecnia elemental.
Leo en este diario artículos que reclaman un acuerdo entre conservadores y socialistas. Joan Tapia o mi buen amigo Luis Ángel Rioja insisten en ello. Pero no acabo de ver la cosa. ¿Un pacto para qué? ¿Para asumir la ortodoxia
conservadora en materia presupuestaria y fiscal? ¿Para darle cuerda a
un Sistema fracasado y en ruinas? ¿Para salvar bancos inviables y
mantener ocultas las fechorías de los malabaristas financieros? ¿Para
repartirse los poderes del Estado? Porque esto es lo que nos ponen hoy
sobre la mesa.
España arrastra una democracia que se devalúa por
momentos (el Parlamento no funciona, el Gobierno no comparece, el Poder
Judicial es un fantasma, los reguladores económicos están acabados) y es
preciso avanzar hacia una Segunda Transición que recupere lo mejor de
la primera. Y de la misma manera que entonces se planteó una cuestión
esencial (o continuidad del franquismo o reforma democrática) ahora hay
que resolver la contradicción entre la verdadera democracia social y
este sucedáneo corrompido y arruinado que padecemos.
Servidor prefiere ruptura a consenso. Giro radical. Y esta vez que vayan a la cárcel quienes lo merezcan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario