jueves, 1 de septiembre de 2011

Tensión, distensión... y lo que te rondaré 20110901

No sé, la verdad, qué hago todavía con las gafas de sol pretendiendo ligerezas veraniegas cuando la actualidad está tan desquiciada. Podría decirles que con los anteojos oculto la realidad a mis ojos y paso de todo. Porque aquí ya no sabe uno dónde ni cómo ponerse. ¡Y aún no ha empezado el curso!

Salimos del veraneo como entramos: sometidos a la tensión de la crisis. Pero al mismo tiempo estamos sujetos a la calma que produce el ritmo fatal de los acontecimientos. Estamos al borde de la histeria, mas permanecemos quietos en la mata, inactivos, pasivos. La marea nos trae y nos lleva. La ley de la gravedad artificial creada por los mercados financieros nos empuja y estruja. Un día nos enteramos de que cambiar la intocable Constitución es ahora pan comido. Se nos dice que esta es la única manera de evitar no ya que España siga el camino de Grecia y Portugal sino incluso que el euro entre en coma. Y, pese a todo, resulta que a) esta reforma de la Ley de Leyes va a convertirse en un mero enunciado ideológico sin valor operativo, y b) los mercados en cuestión no quedarán satisfechos con esta medida ni con ninguna otra que no sea poner el país en almoneda sometiéndolo al capricho de la especulación salvaje. Eso sí, a la ciudadanía de a pie se lo dan todo hecho. Si quieres, como si no.

Vean, si no, a nuestro enfant terrible del Gabinete Rudi, el consejero Garcés. Propone llevar a cabo un macroconcurso para atribuir de manera definitiva mil quinientas plazas de la plantilla del Pignatelli cubiertas provisionalmente desde hace años. Y uno no puede hacerse a la idea de si eso significará que tales plazas caerán como fruta madura en las manos de quienes las vienen ocupando por graciosa decisión de los anteriores jefes, o si quedarán al alcance de los demás funcionarios, o si se aprovechará la ocasión para amortizar unas y adjudicar otras a personas que sintonicen más con los jefes actuales, o qué. Desde luego el follón que se armará en la Administración autónoma va a ser de órdago. Pero algo hay que hacer en la era PP-PAR para poner orden en el desorden de la era PSOE-PAR.

Olvídense de la dialéctica. Esto es una pesadilla.


J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/jueves 01.09.2011

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